La madre de Maximiliano Fornarese, una de las 21 víctimas fatales de la tragedia ocurrida el 6 de agosto en Salta 2141, escribió una carta al gobernador Antonio Bonfatti, a la intendenta Mónica Fein y al juez Javier Beltramone para que en la Zona Cero se construya "la plaza de las 21 estrellas para que nadie los olvide" en lugar de otra edificación.
Alicia, en medio del dolor y la tristeza que significó perder a su hijo en el siniestro, consideró que "nada podrá embellecer ese lugar, sólo un espacio verde, a cielo abierto, donde podamos ir a la casa de nuestros seres queridos".
En ese sentido, sugirió que "ese lugar oscuro y cruel, sea reemplazado por la paz que podemos encontrar en una plaza donde la paz de seres celestiales como palomas, mariposas o ángeles sean nuestros nuestros Maxi, Federico, Clide, Estefanía, Carlos, Débora, Ana, Hugo, Roberto, Natalio, Domingo, María Emilia, Santiago, Luisina, Teresita, María Esther, Florencia, Lidia, Adriana, Soledad y Maxi".
La siguiente, es la carta que escribió Alicia:
“Leo, miro, escucho todo lo que se dice de ese fatídico día 6 de agosto donde junto a otras 20 personas perdí a mi hijo Maximiliano Fornarese de 34 años.
Hoy están ocupados en decidir qué hacer en ese espacio; hasta ahora no dije nada, sólo sufrí, me desgarré de dolor y me llené de preguntas y busqué a mi hijo en cada noche mirando al cielo para encontrarlo y escuchar una respuesta.
No le preguntes, ¿qué pasó?, no le preguntes ¿por qué?, dicen mi esposo y mis hijas. Decile cosas lindas, decile lo agradecidos que estamos de los hermosos 34 años que estuvimos juntos siendo el más tierno y amoroso de los hijos y hermano.
Hoy quiero que me escuchen: yo iba siempre a la casa de mi hijo. ¿A dónde voy a ir ahora?, ¿voy a pasar por esa calle y ver no dentro de mucho tiempo otro edificio? ¿Quién puede construir sobre el horror, el dolor, el infierno y la muerte? ¿Quién puede volver a tener un hogar allí? ¿Quién podrá reír o cantar en un cumpleaños? ¿Quién podrá reunirse con amigos ignorando el espacio donde está?.
Nada podrá embellecer ese lugar, creo que sólo un gran espacio verde, de cielo abierto, donde podamos ir a la casa de nuestros seres queridos; sería lo único coherente que ahí se construya, con 21 estrellas que de noche se prendan para iluminar a la ciudad y el recuerdo amargo y duro de ese día violento, oscuro y cruel se reemplace por la paz que podemos encontrar en una plaza donde seres celestiales como palomas, mariposas o ángeles sean nuestros Maxi, Federico, Clide, Estefanía, Carlos, Débora, Ana, Hugo, Roberto, Natalio, Domingo, María Emilia, Santiago, Luisina, Teresita, María Esther, Florencia, Lidia, Adriana, Soledad y Maxi.
Por favor, sobre el horror no se puede levantar amor y amor es lo que significan los hogares.
Señor gobernador, señora intendenta, señor Juez, construyan allí la plaza de las 21 estrellas para que nunca nadie los olvide.
Dios ilumine sus decisiones, sé que encontrarán el hogar para quienes lo hayan perdido pero seguramente no será allí, ustedes pueden.
Yo sólo soy una madre con desesperación, la misma que tuve ese día y con la que viviré hasta que mi hijo me necesite y parta con él”.