Un juez entendió que no se configuró el delito de usurpación en una porción del predio de Avellaneda al 4200, donde hace diez meses se asentaron decenas de familias con déficit de vivienda y archivó el complejo expediente. Si bien la resolución se refiere a tres de los cuatro dueños del lugar (la Municipalidad de Rosario, la Unión de Personal Civil de la Nación y el Sindicato del Petróleo), la investigación seguirá abierta respecto a la denuncia de un privado, también titular de un sector de las tierras.
La decisión corrió por cuenta del juez correccional Nº 6, Rodolfo Zvala, quien tras hacer un recorrida en persona y un relevamiento de la zona, emitió una resolución donde considera que "no se configuró el delito ni conducta típica de usurpación".
El magistrado circunscribió ese dictamen a la denuncias del municipio, UPCN y Supe, pero remitió a otro juez del mismo fuero (Carlos Leiva) una parte del expediente donde un privado, que también es propietario, denunció la usurpación.
Es necesario recordar que la decisión de Zvala tiene antecedentes precisamente en el mismo Leiva, que fue el primero en tramitar la causa cuando en enero de este año estalló el conflicto. Ese juez también desestimó la denuncia por entender que se trataba de una "ocupación", que debe dirimirse en el fuero civil, y que todo se originó por la falta de viviendas.
Pero ahora, y con el expediente desdoblado, fuentes judiciales indicaron que el mismo magistrado no descartaría llamar a declaración indagatoria —presunción de que hay delito— a por lo menos sesenta personas que permanecen instaladas en el predio, nombres que surgieron del relevamiento hecho en el lugar.
En el amplio terreno de unas cinco hectáreas, se instalaron con carpas, chapas y tirantes, decenas de familias del propio barrio (Villa Itatí y Vía Honda) que reclaman parcelas para la construcción de viviendas sociales. Control Urbano de la Municipalidad intentó desactivar el acampe, pero no tuvo éxito y el conflicto se mantuvo en el tiempo. El predio ocupado es uno de los aptos para abastecer el plan de autoconstrucción de viviendas "Mi tierra, mi casa".
A casi diez meses de la ocupación ya hay por lo menos 200 familias y desaparecieron las carpas, los tirantes con chapas y las sombrillas, que en un principio sirvieron para amojonar las parcelas.
Ahora, por lo menos en la franja que da Avellaneda, ya se levantaron viviendas de material y núcleos consolidados, algunos con conexión a servicios públicos. Una realidad que pone al desnudo el déficit habitacional.