Quien primero alzó la voz fue la concejala María Fernanda Gigliani ya que, unos días después del lamentable suceso, presentó un proyecto para que este tipo de concesiones no se "autocontrolen" y puedan ser supervisadas por autoridades municipales.
Quien primero alzó la voz fue la concejala María Fernanda Gigliani ya que, unos días después del lamentable suceso, presentó un proyecto para que este tipo de concesiones no se "autocontrolen" y puedan ser supervisadas por autoridades municipales.
"Si bien siempre sostuve que Ramírez no tenía responsabilidades ya que la tragedia se produjo por razones de orden técnico y normativo y no por cuestiones administrativas, esto me deja un sabor a impunidad", señaló en declaraciones a La Ocho.
La concejala expresó que debe salir la modificación de ordenanza que presentó unos días después de la tragedia y que hasta el día de hoy no se sancionó.
"Proponemos incorporar, más allá del control interno que hace un concesionario, otro externo que, obligatoriamente, tiene que hacer la Municipalidad", detalló.
"Esto se quiere someter a la discusión general de la (ordenanza) 7.218 que regula los espectáculos públicos. Querer someter ese debate a la discusión de boliches y bares, me parece un despropósito".
"Hay una lógica, últimamente, de prohibir todo lo que no se puede controlar. Creo que hay que regular con una nueva normativa para que estos lugares sean más seguros", opinó.
Concesiones
En consonancia con Gigliani, el concejal Roberto Sukerman expresó que la Municipalidad "en lugar de quitar la concesión, hacer una investigación y acusar a los culpables, algo que sea valioso para la ciudad, lo abandonan. Jamás resuelven nada".
El edil por el Frente Para la Victoria aseguró que el hecho es "trascendente por el dolor" y que tiene que ver con "una falta de control del Estado en cuanto a una concesión municipal".
"En su momento presenté un proyecto, que lamentablemente todavía no se aprobó, para que las concesiones pasen por el Concejo y no queden libradas a la discrecionalidad del intendente de turno", afirmó a LaCapital.
En ese sentido, amplió: "Fui uno de los que impulsó la comisión investigadora que se dio en el marco de esa situación, y de otras más, porque notábamos que las irregularidades se repetían".
Respecto al hecho, Sukerman planteó que fue producto de "la mala administración de los espacios públicos y de la falta de control".
Sin embargo, el concejal fue cauto y dijo: "No puedo hacer un juicio de valor sobre una decisión judicial porque no tengo los elementos para poder analizarlo. Pero suena poco creíble que no haya ningún responsable, no solamente judicial sino político, que haya pagado el costo por la falta de control que generó la muerte de dos nenas".
Ausencia
Por su parte, el edil de Cambiemos Carlos Cardozo planteó que el perjuicio más grande fue la "pérdida de vidas".
"Sin dudas, tiene que ver con una falta de control por parte de la Municipalidad sobre la concesión. Y, después de eso, hubo un desaprovechamiento total del espacio público, porque teniendo en cuenta los años que han pasado, no se avanzó con nada en concreto", agregó el concejal en diálogo con este diario.
Consultado sobre la posibilidad de que la modificatoria que propone Gigliani pueda salir, el edil por Cambiemos afirmó que "todo lo que sea control, nosotros estamos de acuerdo".
"Indudablemente, la política de concesiones en estos 30 años ha sido muy mala. Si no se terminó en un fracaso, se terminó en una concesión muy beneficiosa para el concesionario y muy mala para el municipio. Los procesos siempre son largos y están mal planteados", sintetizó el edil de la oposición .