Mientras tanto, otro sector de padres justificó la huelga nacional. "Hay que apoyar el reclamo docente para darle mayor fortaleza", exigieron desde este sector. La polémica recién comienza.
La medida de fuerza de los profesores universitarios por tiempo indeterminado comenzó tras el receso invernal el 6 de agosto pasado en las 57 universidades del país, entre ellas la Universidad Nacional de Rosario. Y esta semana la Confederación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) lanzó una medida que se extenderá hasta el viernes.
El endurecimiento de las medidas se produjo tras el rechazo de los gremios universitarios al 5,8 por ciento que planteó el gobierno nacional, y frente al reclamo de un aumento salarial de un 30 por ciento.
La semana de paro tendrá hoy su jornada de movilizaciones en todo el país, en la que Rosario también dirá "presente" (ver recuadro).
En este contexto, los padres de las escuelas preuniversitarias (Politécnico, Superior de Comercio y Agrotécnica de Casilda) comenzaron a reaccionar frente a las semanas de paros sucesivos. Un impacto que pega de lleno en estas secundarias y divide opiniones.
La semana pasada, un grupo de padres del Poli anunció que evalúa la presentación de un recurso de amparo ante la Justicia para que se "garantice el derecho a la educación". La directora de la institución educativa, Patricia Zeoli garantizó ayer que no se perderá el año lectivo (ver aparte).
En este clima de efervescencia, ayer se sumó un grupo de autoconvocados del Superior.
Claudia tiene a sus tres hijos en la entidad de Balcarce al 1200 y cursan 1º, 2º y 5º año. "Los únicos perjudicados son nuestros hijos, porque tarde o temprano, los docentes y el gobierno llegan a un acuerdo. Entendemos el reclamo docente, nos parece justo; pero la pérdida de clases y la caída en los contenidos se verá en un futuro. Llevamos un mes de paro y no vemos que haya solución. Y esto es mucho más que perder el año, es desorientarlos para el año entrante", se explayó.
Sin embargo, en el Superior hay opiniones disímiles. Desde la Asamblea de Padres, Sergio admitió sentirse preocupado por la pérdida educativa de su hijo, pero alertó que "está en riesgo la educación pública, por eso optamos por apoyar el reclamo docente para darle mayor fortaleza. Ponerse en la vereda de enfrente es debilitar la protesta. El paro es una decisión democrática y oponernos por egoísmo es extender el conflicto. Incluso suena descabellado un recurso de amparo", replicó el papá de un alumno de 5º año.
Marisa también es una de las voces que reclama una alternativa a la seguidilla de paros en el Superior. "Apoyamos a los profesores, pero hay que buscar otra vía. Soy ex alumna, apoyo la institución, pero ya es demasiado, porque peligra el ciclo lectivo. El derecho de nuestros hijos vale tanto como el de los docentes, debemos hacer un esfuerzo entre todos", indicó.
Tanto Claudia como Marisa narraron cómo se alteró la vida cotidiana en sus hogares, con sus hijos sin clases. Entre anécdotas de falta de concentración y pérdida de hábitos de estudios, indicaron: "Les aconsejamos leer libros y actividades que no sean mirar películas o el teléfono", se lamentó una de ellas. Otra agregó: "Están de vacaciones".
Con otra visión del conflicto, Sergio contrapuso: "No sólo los papás sino que toda la comunidad debe apoyar este plan de lucha docente. Acá no solo está en juego el cursado de los chicos sino que peligra la educación pública".