Los cinco empleados de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) imputados por la Justicia de ser parte de una asociación ilícita y cometer estafa agravada con conexiones ilegales, fueron suspendidos en sus cargos con el fin de no entorpecer el avance de la investigación. En esa sintonía, el titular de la compañía eléctrica Maximiliano Neri, adelantó a La Capital que la semana próxima activará el GPS de los 115 handys que tienen en las cuadrillas de operarios. "La EPE es una Ferrari, pero la maneja alguien que no sabe estar al volante. Con un par de modificaciones y tecnología se mejorarán los tiempos de reparación y sobre todo el control", prometió el funcionario.
La causa denominada "EPE paralela" ya tiene a 9 imputados señalados por la fiscal de la Unidad de Investigación y Juicio, Valeria Haurigot, de ser parte de una organización ilegal abocada a defraudar a la firma, ocasionarle un perjuicio y obtener dividendos.
En la pesquisa se pudo establecer que se ofrecían de 5 a 24 mil pesos de "inscripción" para entrar en la maniobra y luego se recaudaban aportes mensuales por haber "tocado" los medidores y consumos de los "clientes".
Además de los empleados infieles hay dos ex empleados y otros integrantes de esta asociación, pero también varios negocios (supermercados chinos, un frigorífico avícola, un salón de fiestas y zapaterías) y particulares, que fueron la otra parte del ilícito. Una operatoria que se remontaría al menos a 2012 y que, en el caso de los cableados subterráneos irregulares, eran de altísima peligrosidad.
La investigación comenzó en mayo a partir de una denuncia anónima que llegó al directorio de la EPE y que el propio Neri se decidió a impulsar y llevar a la Justicia.
Por ello, desde que se ventiló el modus operandi de la banda, las reparticiones de la compañía eléctrica son un hervidero. Con la liberación de los cinco empleados imputados, a quienes se le fijó una fianza individual de 50 mil pesos, los directivos tomaron precauciones.
"Tomamos medidas urgentes para que no vuelvan a sus puestos de trabajo, ya que la fiscal apeló la liberación y no queremos que en libertad puedan ejercer presión al personal o tapar información. Es una decisión que se tomó sin cercenar derechos y respetando los pasos y normas administrativos", destacó Neri.
Uno de los 5 empleados infieles (Adriano C., capataz de la red subterránea) también está involucrado en el mega robo de cables en la estación Rosario Sur.
En septiembre pasado, y a partir de una denuncia de la empresa, los imputados por la fiscal Haurigot retiraron unos 4.300 metros de cable de cobre preensamblado, que se emplea para instalar o reparar las redes de distribución de energía en media tensión. Se estima que la reventa de esta mercadería podría superar el millón de pesos.
Desde que asumió la conducción de la empresa, Neri admitió que hubo resistencia y obstáculos para viabilizar sus decisiones. Una de ellas refiere al seguimiento de los móviles y cuadrillas en la vía pública.
"Tenemos handys con rastreo satelital, pero estaba desactivado. Les voy a poner el sistema y aplicación móvil para atender los reclamos", subrayó Neri.
Unidad especial
El director de la EPE adelantó que buscará poner en marcha una Unidad de Investigación y Asuntos Especiales, "con personal abocado específicamente a estos casos y causas para que se nutra de información y para que la Justicia siga avanzando, y estas organizaciones no se vuelvan a formar en el futuro".
Entre los operadores de cableado y guardia de reclamos, cuadrillas de red subterránea y red aérea, montaje, conexiones y medidores existen en total 115 handys con posibilidad de activar la función de GPS.