Mientras la comisión de Servicios Públicos del Concejo Municipal analiza el proyecto del intendente Pablo Javkin para rediseñar el transporte urbano de pasajeros (TUP), la capital de Córdoba hace ya más de un mes que achicó su servicio y lo ajustó a la realidad de la pandemia. El plan de emergencia cordobés reforzó líneas troncales, reconvirtió otras en barriales y suprimió recorridos. Un espejo en el que Rosario se mira, aunque deberá generar sus propias soluciones.
Tal como anticipó La Capital la semana pasada, el proyecto del Ejecutivo para ajustar el servicio a la nueva realidad traía consigo un diagnóstico crítico que busca fundamentar el pedido al cuerpo deliberativo.
“La retracción del sistema de transporte provocada por las medidas sanitarias ha generado una caída de los pasajes diarios, llegando a registrar un promedio de 30.000 en el momento de mayor parálisis, mientras que en los últimos días arroja un promedio de 65.000 pasajes al día”, expresa el mensaje de Javkin en sus considerandos para agregar: “Este descenso en la cantidad de pasajeros implicó la pérdida de facturación, que en su pico máximo llegó al 92 por ciento, mientras que los kilómetros recorridos por el sistema solamente se vieron afectados en una baja del 30 por ciento, lo que implicó pérdidas por ingresos tarifarios que superan los 1.300 millones de pesos”.
En Rosario los ingresos por corte de boleto representan el 55 por ciento del esquema financiero. Y mientras los bloques políticos respasan alternativas como el servicio nocturno a demanda, la unificación de líneas que hacen los mismos recorridos, o servicios con ómnibus más pequeños, entre otras, Córdoba ya dio un paso adelante.
Según reportan los diarios cordobeses, desde el pasado 1º de agosto la Municipalidad de esa ciudad puso en marcha un esquema dinámico que entre otras cosas refuerza las líneas troncales para garantizar una frecuencia de 10 minutos entre coches.
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En cambio, las líneas secundarias se transformaron en barriales con trasbordo gratuito. Otros recorridos se achicaron y rebotan en el centro; mientras que determinadas líneas fueron reemplazadas por otras y algunos tramos se extendieron.
Lo que destacaron los funcionarios cordobeses que administran la movilidad es el carácter “dinámico” de los cambios en función de los datos en tiempo real que arroja el sistema en época de pandemia.
Todos los días se recolectan datos para hacer un análisis: ensayo, error, correcciones y modificaciones. Lo que está claro es que los funcionarios cordobeses buscan optimizar al máximo los recursos ante un nuevo escenario: se pasó de 650 mil boletos diarios a 90 mil al día en la actualidad. En Rosario el panorama es similar: se pasó de 450 mil viajes diarios en la prepandemia a unos 60 mil hoy.
Sin desperdiciar
“Queremos que el colectivo esté cuando tenga que estar y no desperdiciar servicios en la calle en los momentos en que no se lo necesita. Por ejemplo, el Centro Universitario de Rosario (CUR), también llamado La Siberia, era el sitio de mayor demanda de unidades en la ciudad. En la actualidad es cero”, había argumentado ante La Capital la secretaria de Movilidad municipal, Eva Jokanovich, quien agregó: “Son decisiones que debemos poner en marcha en un marco de incertidumbre, pero también con mucha información que venimos recabando y monitoreando para adaptar el transporte a la demanda”. Tal como se hizo en Córdoba.
En cuanto a las herramientas y soluciones que se están pensando, el abanico resulta amplio: cambios de recorridos, cambios de líneas, unificación de líneas, cambios de frecuencias, modificaciones en el volumen de las unidades (se piensa en colectivos más chicos para determinados horarios y lugares).
Pero lo cierto es que estas modificaciones implican que el Concejo le confiera a Javkin potestades para renegociar los contratos con las concesionarias y aplicar medidas extaordinarias. El plazo solicitado es de tres años.