En 2024 se atendieron más de 10 mil pacientes y se realizaron 50 mil consultas. Refuerzan la red municipal ante el crecimiento sostenido de la demanda
10:54 hs - Domingo 12 de Octubre de 2025
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, que se conmemora cada 10 de octubre, la Municipalidad de Rosario dio a conocer los cambios que está implementando en su red de atención pública frente a un escenario de crecimiento sostenido en la demanda.
Solo entre 2022 y 2023, las atenciones vinculadas a crisis subjetivas en centros de salud y hospitales de la ciudad crecieron un 30 por ciento, al pasar de 23.826 a 31.001 intervenciones. El salto, que confirma una tendencia en alza, encendió las alarmas dentro del sistema municipal y derivó en un plan de refuerzo que apunta a fortalecer los equipos y adaptar los hospitales generales a la ley Nacional de Salud Mental.
En 2024, según los registros oficiales, más de 10.100 pacientes fueron atendidos en los distintos niveles de la red de salud mental, en el marco de más de 50 mil consultas. La inversión anual estimada para sostener esa atención fue de 748.494.000 pesos.
Además, el presupuesto de la Secretaría de Salud Pública incorporó por primera vez una unidad de costo específica para los abordajes en salud mental, que ya representa más del 10% del total de los recursos del área.
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A la inversión anual en consultas se suman 40 millones de pesos mensuales en psicofármacos y 3.302 millones destinados a 1.500 internaciones registradas durante el último año. Del total de esas internaciones, un 26% estuvo vinculado a consumos problemáticos, según los datos del municipio.
Refuerzo en los hospitales
La directora de Salud Mental municipal, Jésica Redondo, explicó que el refuerzo de la red se inició en los hospitales generales —Carrasco, Alberdi y Roque Sáenz Peña—, que “son los que vienen sosteniendo las internaciones en salud mental, que son muchas”.
El Hospital Carrasco, por ejemplo, puede llegar a tener 18 camas de un total de 40 ocupadas por personas con cuadros subjetivos. Por eso, en ese efector se incorporaron acompañantes terapéuticos de sala y enfermeras transversales, figuras inéditas en el sistema público rosarino que trabajan en conjunto con psicólogos y psiquiatras.
“Es un cambio de paradigma. Los acompañantes son parte del proceso con los pacientes, mientras que los enfermeros transversales asisten en las salas de internación y trabajan en diálogo continuo con los equipos profesionales”, explicó Redondo.
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A su vez, la subdirectora de Salud Mental, Nadia Castallini, remarcó que “la decisión de iniciar el refuerzo en los hospitales generales tiene razones claras, porque son los que sostienen la mayor parte de las internaciones”.
Adolescentes, la población más crítica
Entre las situaciones más frecuentes, las funcionarias destacaron los consumos problemáticos, los intentos de suicidio, las desestabilizaciones subjetivas graves y las rupturas de lazos familiares que derivan en episodios de agresividad e impulsividad.
Redondo señaló que la franja etaria más afectada va de los 20 a los 60 años, aunque subrayó que “la situación más crítica se da entre adolescentes y jóvenes”.
“Decimos que es una población crítica, la adolescencia es una edad muy riesgosa, frágil, y más cuando se suma la fragilidad de la función parental de los adultos y esos jóvenes quedan solos. Muchos de esos adultos son los pacientes o los cuidadores de esos jóvenes, y allí es donde se requieren estrategias amplias y complejas”, indicó.
Adecuaciones edilicias y cuidados críticos
El plan de refuerzo también incluye adecuaciones en la infraestructura hospitalaria, con la creación de áreas específicas de cuidados críticos para salud mental.
El modelo de referencia es la Sala 5 del Hospital de Niños Víctor J. Vilela, inaugurada en 2021, donde se alojan pacientes y familiares que requieren mayor intensidad en el abordaje. “Todos los hospitales abordan situaciones de salud mental, y el Vilela es la ventana de lo que ya tiene forma y hacia lo que buscamos ir en los demás efectores”, sostuvo Redondo.
Las nuevas áreas contemplan la eliminación de vidrios y materiales cortopunzantes, el uso de camas especiales y la creación de entornos más seguros y humanizados.
“Implementar la ley también es ampliar consensos entre los trabajadores”, señaló Redondo, al destacar que la transformación no solo es edilicia, sino también cultural. “Se trata de re-trabajar prácticas muy arraigadas entre profesionales y construir una mirada compartida sobre la salud mental”.
Una red en expansión
Durante 2024 y 2025, más de 250 operadores de la red municipal fueron capacitados en abordajes de padecimientos subjetivos.
El objetivo, aseguran desde la Secretaría, es consolidar un modelo de atención integral, transversal y comunitario, que acerque los recursos a los barrios y fortalezca la prevención.
“Lo que buscamos es que cualquier persona que atraviese una crisis pueda recibir atención y acompañamiento en un entorno hospitalario y social, no en aislamiento. Es un proceso largo, pero estamos avanzando”, concluyó Redondo.