"No sentí nada. Me quedo sentada acá hasta la segunda dosis", le dijo Susana a la chica que la vacunó. La mujer, de 73 años, fue una de las 1.200 personas vacunadas contra el Covid19 en el ex predio de la Sociedad Rural de Rosario durante la mañana de este martes. La alegría con la que habló fue la misma que se vio en cada adulto mayor que cada un par de minutos salió del lugar. Por la tarde será el turno de otras 1200 personas.
En momentos en los que los casos positivos de Covid19 registrados van en aumento y en los que la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzoti, confirmó que "la segunda ola ya es un hecho", lo que se vive en los predios de vacunación da un contraste que brinda esperanza. Se percibe no solo en las señoras y señores que van a vacunarse sino también en las personas que los acompañan, pero además en los trabajadores y colaboradores que están pendientes de que todo funcione de manera ordenada.
Ema, una de las cinco coordinadoras de la jornada de este martes, le contó a este diario que durante la mañana había turno para 1200 personas y que por la tarde llegarían 1200 más. En esta jornada la edad promedio de las y los vacunados es de 74 años. Todo funciona con un esquema organizado. Desde las dos colas que se hacen afuera para el ingreso, donde colaboradores que son jóvenes vinculados al Ministerio de Desarrollo Social toman la temperatura e higienizan a quienes entran, hasta quienes guían a las personas con turno a los puestos de vacunación.
Se trata de dos salas amplias y cada una tiene 15 puestos de vacunación donde está la persona encargada de dar la dosis, otra que registra los datos de las personas en el sistema digital y un auxiliar que asiste a las personas con turno. "Está funcionando muy bien y muy dinámico así que se está evaluando la posibilidad de sumar más turnos por día", contó Ema.
Tranquilidad
En la cola de ingreso José, un hombre de 74 años, se mostró expectante. Primero fueron meses de aislamiento y cuidados muy estrictos. Después la ilusión por la vacuna. Una vez anotado, la ansiedad. "No daba más, pedía todos los días que se fijaran en el mail si estaba mi turno. Cuando me avisaron no lo pude creer", contó. La cola avanzó rápido y en un par de segundos José ya caminaba rumbo al interior del predio.
En una de las salidas del lugar Susana contó entre risas que no se quería levantar de la silla, que no había sentido ni el pinchazo de la inyección y que quería quedarse ahí hasta que le dieran la segunda dosis. "Es algo que necesitaba, ayer cuando me notificaron me emocioné física y psíquicamente", dijo. A las 17.30 le llegó el mail que la llenó de esperanza.
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"Lo pasé muy mal, pero esto me reconfortó un poco", contó Susana. "No tuve Covid, me cuidé mucho y estuve mucho tiempo sin salir. Tengo a mi familia afuera del país, no los veo hace 15 meses", agregó. A pesar de su edad, no se jubiló, continúa trabajando como abogada y contó que haber podido mantenerse en actividad con modalidad a distancia la ayudó.
En los últimos meses el tema vacunación no paró de ser motivo de debates. Primero, sobre todo, por las campañas de difamación sobre los supuestos peligros de algunas de las vacunas. Sobre ese punto Susana contó que esperó las certezas científicas para quedarse tranquila. "Empecé a creer en esta vacuna cuando salieron las publicaciones científicas, porque mi médica de cabecera siguió todos los estudios", dijo con su libreta en mano, en la que constaba la primera aplicación de la dosis de Sputnik V.
"Estuvo mezclada la política, pero la salud no se puede mezclar con la política porque acá está en juego la vida de la gente", opinó. Y agregó: "Tuve la fortuna de no haber perdido a personas cercanas, pero tengo conocidos que han perdido gente muy cercana y más joven que yo. Por eso no sé que no se juega con esto".