Mujeres que no salen a la vereda sin llevar gas pimienta en la cartera, padres y esposos que acompañan a su familia tan sólo por tres cuadras, falta de patrulleros y personal policial, amenazas y hasta cuadras enteras en las que no se puede pasar porque las bandas copan la calle. Así se vive hoy en gran parte del barrio Las Delicias. Los detalles de una rutina en donde los vecinos hacen su propio "protocolo" de seguridad se escucharon una vez más en la comisión de Seguridad del Concejo Municipal, que reaccionó convocando a un observatorio de hechos delictivos en la zona.
Por espacio de una hora, los concejales Diego Giuliano (Rosario Federal), Norma López (Frente para la Victoria), Rodrigo López Molina (PRO) y Osvaldo Miatello (Compromiso con Rosario) escucharon relatos de una Rosario violenta e insegura. Ayer fue el turno de barrio Las Delicias (que incluye a San Francisco Solano) en el radio de Batlle y Ordóñez, Arijón, Oroño y Ovidio Lagos.
"Desde la última vez que vinimos no cambió nada. Sólo que los policías que van en los patrulleros del Comando se tiran a dormir detrás de la empresa Andina o están parados en la Esso de Oroño y Batlle y Ordóñez", comenzó relatando Walter, uno de los voceros de un movimiento vecinal independiente de Las Delicias.
A su lado, Sergio agregó: "Tenemos buena relación con el comisario de la seccional 21ª, pero tiene muy poca gente, con dos móviles y sin el apoyo de Gendarmería".
A uno de estos vecinos, que tiene una pizzería, lo asaltaron 16 veces en dos años, con el triste récord de dos asaltos en un mismo día. Después se escucharon robos de toda índole, arrebatos y entraderas dejando de manifiesto que, pese a la voluntad policial, los delincuentes salen a las pocas horas de estar demorados.
"Tengo una cuchilla de 25 centímetros; y si pasa algo y la tengo que usar, la voy a usar. Yo voy a ir preso y el «pobre muchacho» va a salir libre", se sinceró uno de los vecinos que concurrió ayer a la reunión de comisión. Luego, narraron un "día normal" y el "protocolo de seguridad" que deben seguir para custodiar a sus familiares. Acompañamiento por tres cuadras y una postal que se repite: "Mi hija tiene 17 años y no quiere salir a ningún lado, es lamentable, nos sentimos indefensos. Mi esposa anda con gas pimienta encima".
En soledad. El diagnóstico es aún peor, porque durante las últimas elecciones provinciales y municipales existió como una "primavera" en el patrullaje, que ahora fue desmantelada.
"Desde arriba nos tienen que cuidar, acá en los barrios no se ve la policía, y si vienen los inspectores de Tránsito a hacer operativos, le sacan una moto a un delincuente que se va caminando a su casa", remarcaron.
El hecho de acudir al Concejo, de convocar a los vecinos, no les resulta sin consecuencias a Walter y Sergio. A éste último le balearon la puerta de su local.
Lo llamativo es la "privatización" de las calles. Tramos de Soldati, Mossi, Arrospidegaray, entre otras, tienen dueño. Se trata de unas 15 personas que no dejan pasar el tránsito y están en la calle "fumando marihuana y tomando cocaína ". Los frentistas tienen que hacer malabares para llegar a sus domicilios.
La comisaría 21ª tiene una población carcelaria de 40 detenidos y la custodia de dos uniformados. "Alarma la cantidad de vecinos que tienen que ir al kiosco y van armados", alertó Walter.
Tras haber recopilado el panorama de la situación, los integrantes de la comisión se comprometieron a conformar un Observatorio de Seguridad en la zona, con la invitación a autoridades policiales, municipales y vecinales.
"El año pasado se aprobaron decretos para paliar la inseguridad del barrio. Según nos indican los vecinos, no ha habido cambios sustanciales en materia de seguridad hasta tal punto que muchos móviles de otras seccionales se acercan a la zona para brindar apoyo conociendo la situación de desamparo del barrio", manifestó Giuliano.