Un chofer de la línea de colectivos 127, interno 62, fue atacado ayer a la
madrugada en el oscuro baño instalado sobre la punta de línea, en Sánchez de Bustamante y Crespo.
Todo indica que en un intento de robo, Juan Vélez (42) recibió un profundo puntazo en el pulgar de
su mano derecha que le cortó el tendón. Ensangrentado, el conductor logró llevar el micro hasta el
galpón de la Empresa Mixta de Transporte Urbano Rosario y fue trasladado por sus compañeros al
sanatorio Laprida, donde hoy será operado. Horas después, y en reclamo de más seguridad, los
choferes de esa empresa lanzaron un paro, por lo que al menos hasta el mediodía de hoy no
circularán las líneas 126, 127, 112, 115, 131 y 132.
Según contó ayer a LaCapital su compañero de trabajo y delegado de La Mixta
César Banchero, el ataque se produjo alrededor de las 6.30, cuando Vélez dejó el volante unos
minutos en la punta de línea para ir al baño.
En ese lugar fue atacado con un arma blanca por un hombre al que el chofer no
logró ver porque el sanitario estaba a oscuras. El agresor le tajeó primero la campera y luego una
mano, con tanta violencia que le cortó el tendón. Después huyó sin decir ni una sola palabra.
Pese al dolor y la fuerte hemorragia, el chofer logró conducir el ómnibus hasta
el galpón de la firma, en Riccheri y 24 de Septiembre, y desde allí fue auxiliado por sus
compañeros, que lo llevaron al Laprida. Vélez quedó internado y a la espera de una cirugía que le
repare el tendón extensor.
El director del sanatorio, Néstor Sosa, confió en que esa operación le restituya
al chofer el normal movimiento de su mano, pero además pidió llevar el análisis del caso más allá
de lo meramente médico.
"Es mi deber decir que nos ocupamos de los hechos una vez que ocurrieron, cuando
deberíamos preocuparnos por cambiar las condiciones de vida en Argentina, terminar con la desidia y
la deshonestidad, y con una sociedad desigual que vive rodeada de mugre y pobreza, lo que lleva a
un incremento de la droga y a situaciones como esta", afirmó Sosa.
Ya basta. A las pocas horas del ataque, una asamblea de indignados choferes de
La Mixta resolvió sacar las unidades de circulación.
"Tenemos varias denuncias previas por robo, ¿qué vamos a esperar?, ¿que nos
maten a un compañero?", se preguntó el delegado gremial de la firma. Según Banchero, los ómnibus
suelen recibir escopetazos y piedrazos, y las charlas con las vecinales de los barrios más duros no
alcanzan para frenar los ataques.
Por eso, confió el conductor, suelen cambiar recorridos en las zonas calientes.
"Quienes van a trabajar lo saben y nos esperan en otras paradas, pero no se puede seguir así",
indicó.
La medida, con apoyo de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), comenzó ayer
pasado el mediodía y se extenderá al menos durante la mañana de hoy, cuando habrá dos reuniones
clave.
La primera será entre los trabajadores y sus dirigentes gremiales. La segunda,
con autoridades del Ente del Transporte Rosario, la Secretaría de Servicios Públicos de la
Municipalidad y Seguridad Comunitaria de la provincia, a las que se sumarán la policía y
representantes de la Mixta.
"Confiamos en que el diálogo resuelva la situación antes del mediodía", se
esperanzó ayer el titular de Servicios Públicos, Gustavo Leone, quien recordó que el problema que
desató el paro es de compleja solución y excede al ámbito del transporte.
La gerenta del Ente, Mónica Alvarado, señaló que los recorridos de las líneas en
paro no serán reemplazados hoy por otras porque sería peor el remedio que la enfermedad. "Lo
evaluamos, pero creemos que afectaríamos a todo el sistema", dijo.
La expectativa de los funcionarios es que el conflicto se destrabe durante la
mañana. "Estamos en contacto permanente con el gremio y los trabajadores de La Mixta, y esperamos
encontrar alternativas que refuercen la seguridad en los lugares más desprotegidos", sostuvo
Alvarado.
De hecho, los trabajadores no llevarán hoy un pedido puntual (aunque se evaluó
pedir que la policía los acompañe en tramos de los recorridos), pero sí reclamarán algún tipo de
respaldo en su tarea por las zonas más conflictivas.
Desde la propia UTA reconocieron que el problema dista de ser exclusivo de
algunas líneas (ver aparte) y confiaron en que se encuentren "medidas para lograr algo más de
seguridad para los trabajadores" del transporte, adelantó el secretario general adjunto del gremio,
Sergio Copello.
La investigación del ataque a Vélez quedó a cargo de la seccional 33ª, cuyos
efectivos ya tomaron declaración testimonial al chofer herido. La causa se tramita ahora en el
Juzgado Correccional 7ª. Al declarar Velez dio un dato clave: que en el oscuro baño donde lo
atacaron no existe luz ni cerradura.