El “tetris” de conseguir la asistencia de todos y cada uno de los pacientes sigue siendo una tarea ardua en una Rosario donde la ocupación de camas críticas no cede del 98 por ciento y las camas generales siguen estando por encima del 90 por ciento. Ese colapso se traduce en demoras y angustias, como las que transitaron María Laura Pereyra y su hermana Susana en la guardia Covid de un sanatorio privado donde esperaron más de una hora por un médico que nunca apareció y la administración hasta se negó a darle ingreso a la paciente de 60 años que ya presentaba dificultades respiratorias y que hoy se encuentra internada con oxígeno en el Hospital Carrasco.
El secretario de Salud de la Municipalidad, Leonardo Caruana, señaló a poco de transitar el quinto día de restricciones estrictas que “en los equipos de salud se percibe una disminución de los ingresos de otras patologías, sobre todo siniestros viales, así como las activaciones del Sies". Sin embargo, dejó en claro que la demanda Covid se sostiene y, más aún, dijo que ese descenso recién podrá cuantificarse en las próximas 48 horas.
Es que de hecho, la ocupación de camas con pacientes infectados de coronavirus no cedió y de acuerdo a lo que planteó Caruana, "eso se expresa en el alto número de contagios que se mantienen constante y no baja".
Gestión de camas y demoras
Un sistema funcionando al límite de sus posibilidades y por momentos colapsado se expresa en situaciones como las que María Laura y Susana Pereyra atravesaron el sábado al mediodía. Susana, de 60 años y con diagnóstico de Covid, fue llevada por su hermana al Sanatorio de la Mujer, el centro de salud que le corresponde por su obra social y donde además tiene su historia clínica por antecedentes.
Sin embargo, ambas esperaron durante más de una hora y rogaron a las empleadas administrativas la presencia de un médico ante la severidad del cuadro y las dificultades que Susana presentaba para respirar. “Fue una situación inhumana, nos decían que no tenían camas. Y yo puedo entender eso, lo que no puedo entender es que no llamen a un médico para que haga una asistencia y, en todo caso, la derivación", señaló María Laura, que incluso ante el maltrato del personal de seguridad decidió subir a su hermana al auto y trasladarla al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) donde fue atendida y luego trasladada al Carrasco.
“El último parte no fue bueno, ella tiene antecedentes”, dijo María Laura sobre el estado de salud de su hermana, que está internada con oxígeno.
“La tensión de tener un 95 o 98 por ciento de camas ocupadas se expresa en situaciones como esta", admitió el secretario de Salud municipal y agregó: “El estrés del sistema se expresa en la gestión de cada uno de los pacientes, en las demoras de las ambulancias, más allá de que sean pacientes con o sin obra social, en el acceso a las derivaciones y estas cosas que vienen ocurriendo desde hace ya varias semanas”.
Es más, el funcionario señaló que el Carrasco si bien no tiene área de cuidados críticos, también está con una ocupación del 90 por ciento, incluso teniendo todas su sectores refuncionalizados para la atención de pacientes Covid.
Más tiempo
Lo cierto es que por ahora el descenso de las patologías no Covid en las plazas de terapia intensiva “es una percepción de los equipos de salud" en referencia a siniestros viales que "recién podrá mensurarse en los próximos dos o tres días", dijo Caruana, pero aclaró que para nada eso significa todavía un alivio a la tensión del sistema.
Es más, sobre las expectativas de los resultados de las medidas que comenzaron a regir a partir del sábado, el funcionario estimó que "como mínimo habrá que esperar que se cumplan los diez días para analizar si hay una tendencia hacia la disminución de los casos".