"Esta democracia para nosotros es una dictadura". El cacique Qom, Félix Díaz, describió así la situación en la que viven las comunidades aborígenes y a sólo horas de las próximas elecciones presidenciales, en su paso por la Fundación para la Democracia Internacional, abundó: "Cuando el indígena entra al cuarto oscuro y se encuentra con un mar de boletas que no puede leer y no conoce a los candidatos, no sabe qué votar y es entonces que los punteros políticos, que se han adueñado de la gestión de tantas cosas en el norte, se aprovechan de la ignorancia de los hermanos y les dan las boletas preparadas. Esto no es democracia para nosotros", señaló.
Díaz no sólo criticó el sistema, sino que además volvió a reclamar por el derecho a la tierra de sus ancestros.
El cacique Qom pasó por Rosario convocado por el presidente de la Fundación para la Democracia Internacional, Guillermo Whpei, que está implementando un programa para el desarrollo de las comunidades originarias instaladas en Rosario y la región.
Para eso, mantuvieron una reunión de trabajo y delinearon un plan de relevamiento y acción para realizar un aporte concreto a la solución de los problemas que enfrentan los indígenas en todo el país, pero más gravemente en las provincias del norte argentino.
Deuda. Además de criticar al sistema democrático que, según relató Díaz, "usa la necesidad del otro de cubrir sus necesidades más básicas para su beneficio político", asegura que las comunidades aborígenes no sólo no se sienten representadas, sino que incluso afirmó: "Nosotros no nos sentimos argentinos, porque sentimos que Argentina nos da la espalda".
En ese punto, enumeró que como ciudadanos no se les reconoce el derecho a las tierras de sus ancestros, a la educación ni a la Justicia. "Ni siquiera reconoce nuestro derecho al diálogo", dijo el cacique que hace nueve meses acampa en una carpa en Capital Federal, esperando una reunión con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
"No todos somos iguales, pero sí todos tenemos los mismos derechos y obligaciones", consideró por su parte el presidente de la fundación, y aseguró que desde el espacio "se lucha permanentemente contra la naturalización de este tipo de situaciones en las que se vulneran sistemáticamente los derechos humanos. No somos la voz de los que no tienen voz, sino que trabajamos para generar un espacio para que ellos mismos puedan llegar, fuerte y claro, a los demás".
Sobre las necesidades que aún tienen insatisfechas las comunidades que lidera Díaz, Whpei detalló que "no tienen agua, acceso a la medicina, acceso al trabajo y sienten que no tienen acceso a la Justicia, y eso es una vulneración de derechos".
El plan. Tanto el titular de la fundación como el líder aborigen indicaron que realizaron una reunión de trabajo en la que delinearon un plan de acción que releva las problemáticas de mayor urgencia en los territorios del norte del país, donde hay más concentración de comunidades originarias. "El objetivo es poder cuantificar el problema desde un espacio independiente e imparcial", aseguró Whpei.
Al cierre del encuentro en el Palacio Fuentes, Díaz apuntó al Estado como "el responsable directo" de la situación de las comunidades, e indicó que "sólo se nos reconoce la calidad de «ocupantes» de una porción del territorio en el que vivieron nuestros ancestros y donde aún seguimos viviendo". Manifestó que "el Estado tiene que encontrar la manera de incluir el tema indígena en las cuestiones jurídicas", porque las comunidades no pueden ser "sólo espectadores de lo que pasa en Argentina".