Mónica Fein entró a la Casa Rosada por la explanada norte, sobre calle Rivadavia, sola, con una mezcla de expectativas y reparos; allí la recibió el jefe de Gabinete Marcos Peña y se sumó al encuentro el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Luego de 30 minutos salió, más ilusionada, por la misma explanada. Los dos ministros principales que habitan Balcarce 50 le prestaron oído, le abrieron puertas, y con el tiempo se verá si las promesas de amistad y colaboración con Rosario se concretan. O si quedan apenas en buenas intenciones.
Peña, que es hijo de rosarinos, coincidió con Fein en la idea de impulsar la creación de una red de ciudades; un ámbito donde los conglomerados grandes e intermedios de la Argentina pueden fijar una agencia propia, sus proyectos, la ejecución de sus recursos. Al cabo, cobrar protagonismo con mayor autonomía de las provincias y del propio gobierno nacional.
Rosario tiene varios problemas urgentes para resolver; y necesita del gobierno central. Por caso, terminar las 500 viviendas sobre la avenida Travesía (comunidad Qom), obra que ya alcanza, según estimó Fein para La Capital, el 60 por ciento de su desarrollo total.
"La idea es terminarlo en 2016, son unos 100 millones de pesos que vamos a necesitar", explicó. Peña y Frigerio habrían dado un principio de acuerdo para que ese centenar de millones llegue a Santa Fe.
Dale gas. El colapso en la capacidad de distribuir gas; otro problema grave de la ciudad. "Si hoy te querés hacer una casita en la zona norte, no te podemos dar gas", expresó con crudeza la intendenta.
Allí se acumulan varios factores: el principal, la falta de inversión de la empresa Litoral Gas en la extensión y ampliación de las cañerías; también el crecimiento de la demanda a gran escala en algunos sectores. "Ahí tenemos el programa Más cerca, tenemos una licitación hecha para ampliar unas nueve mil conexiones, pero necesitamos que el gobierno nacional ponga la plata para la primera parte de la ejecución de esa licitación, que consiste en comprar los materiales para la obra", abundó Fein, ya fuera de la Casa Rosada, junto a la reja perimetral, en una agradable tarde del día uno del verano que empieza.
Financiación. Otro punto de encuentro entre la administración rosarina y los nuevos dueños del poder en la Casa Rosada pasó por promover la gestión de grandes créditos internacionales para obras que prácticamente no tienen ninguna chance de llevarse a cabo por otra vía de financiación. "Rosario y Santa Fe están saneadas financieramente y podríamos tomar créditos del BID y de CAF (organismos crediticios) para fomentar el desarrollo en Latinoamérica", abundó Fein.
Desde ya, esas inversiones se orientan exclusivamente hacia fines específicos, promueven las mejoras en las condiciones ambientales y la calidad de vida de los menos favorecidos. "Nosotros apuntaríamos a resolver el problema de los asentamientos irregulares en zonas deprimidas e inundables".
También preocupa a la intendenta la persistente labilidad del servicio eléctrico que coloca a Rosario —sobre todo cuando arrecian olas de calor— entre las ciudades más vulnerables del país. Los cortes se suceden, inexorablemente, año tras año. Un crédito internacional, se ilusiona Fein, podría también compatibilizar para esta resolver ésta necesidad acuciante.
Para terminar, el mantenimiento y mejora de la hidrovía del río Paraná, fue un tema tocado por Fein en su primer encuentro con dos ministros del gobierno de Mauricio Macri durante los 30 minutos que duró la reunión. El tema interesa en la Casa Rosada: la apuesta a la mejora de la infraestructura de transporte aparece como un tópico recurrente del macrismo en las primeras semanas de gestión. Con el tiempo se verificará si la preocupación se convierte en obras concretas.