Rosario fue un infierno: en el noviembre más caluroso en 73 años, prácticamente
media ciudad se quedó ayer sin luz. Una sucesión de desperfectos en la red de media tensión
(especialmente la subterránea) causó cortes en las zonas centro, macrocentro, noroeste y Fisherton,
y afectó unos 18 mil clientes. Desde la Empresa Provincial de la Energía (EPE), con sus máximas
autoridades a la cabeza, aseguraron anoche haber resuelto el 70 por ciento de los inconvenientes e
instaron a la población al consumo racional de electricidad frente a un crítico panorama.
La sumatoria de fallas motivó la urgente reunión en Rosario de un comité de
crisis piloteado por el presidente del directorio de la EPE, Daniel Cantalejo. Para entonces,
distintos sectores de la ciudad presentaban un aspecto desolador
Ante una ola de calor sin tregua, desde las 16 salieron de servicio 16 cables de
distribución de media tensión (sobre los 200 existentes en Rosario), lo perjudicó a 100
subestaciones de la compañía (hay 1.300).
"La demanda en toda la provincia fue de 1.600 megawatts, un récord histórico
absoluto. A eso hay que agregarle el estado en el que se encuentran nuestras instalaciones, en
algunos casos de más de 30 años de antigüedad", explicó a La Capital el gerente de Relaciones
Institucionales de la EPE, Raúl Stival.
Cerca de las 23, el funcionario precisó que aún faltaba restablecer el servicio
a unos 6 mil clientes. También reveló que el comité coordinó con la policía controles especiales en
aquellos barrios donde la luz regresaría en la madrugada de hoy.
Más temprano, las cuadrillas de la EPE habían comenzado a trabajar para
solucionar los problemas registrados en las áreas delimitadas por 9 de Julio, Dorrego, Pellegrini y
Rodríguez; Jujuy, Wheelwright, Salta e Italia; Salta, Callao, Tucumán y Avellaneda, y Génova,
Colombres, Juan José Paso, Alvarez Condarco, García del Cossio y el arroyo Ludueña.
Pero, sobre las 20, se produjo la explosión de una celda en el centro de
distribución de Mendoza y Buenos Aires. Un desperfecto que afectó a aproximadamente 13.000
clientes
Casi en paralelo, y a pocos metros de distancia, detonó un cable subterráneo en
Mendoza y San Martín, causando pánico entre transeúntes, comerciantes y habitantes de esa zona (ver
aparte).
"La conjunción de la demanda y el calor tuvo un efecto demoledor", graficaron
desde la empresa. En las calles, los atribulados rosarinos corroboraban en boca de los operarios de
la EPE que "el sistema está exigido al máximo".
En rigor, muchos ciudadanos habían comenzado una tórrida jornada sin luz y, en
algunos casos, con poca presión de agua (ver aparte).
Es que recién sobre las 9 quedó superado un corte de energía que abarcó un
amplio sector de la zona sur (Uriburu, desde Buenos Aires hasta Abanderado Grandoli) por fallas en
siete subestaciones que habían empezado a manifestarse el lunes a la noche.
Stival reconoció que, "pese al esfuerzo que implica tener una inédita cantidad
de personal trabajando en la calle, la red necesita inversiones sostenidas en años".
Y, en ese sentido, el funcionario advirtió: "Teniendo en cuenta la continuidad
de las actuales condiciones meteorológicas y la demanda histórica registrada horas atrás, no
descartamos que las fallas se repitan. Por eso les pedimos a los clientes el mayor esfuerzo en
hacer un uso racional de la energía".