En los once primeros días del mes, sobre el fin de clases, unos 22 mil chicos siguieron asistiendo a los comedores escolares que dependen de la Regional VI de Educación. El número representa un aumento del 27 por ciento respecto a los comensales que almorzaron en las escuelas en el mismo período del año pasado. Según advierten los docentes y asistentes escolares, el servicio alimentario que brindan las escuelas resulta "fundamental" para tender las necesidades de los alumnos, que claramente no entienden de recesos escolares. En la ciudad hay unos cien colegios que seguirán abiertos en las vacaciones, es más algunos prepararán la mesa también los sábados.
"Este año fue muy duro para muchas familias. Los pibes llegaban a la escuela sin comer, sin tomar la leche y los docentes y los asistentes escolares recepcionamos toda esa demanda", advirtió Lorena Almirón, secretaria general de la delegación local de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE-Rosario).
La gremialista apuntó que durante el último receso escolar se incrementó un 20 por ciento la cantidad de estudiantes que siguieron asistiendo a las escuelas para almorzar y estimó que este verano "por lo que se ve en diciembre, aumentará ese número".
Desde el sindicato enviarán una carta hoy al ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, para solicitar que se incrementen los "magros aportes" que la anterior gestión destinaba a la provincia para el área de comedores escolares y copa de leche (ver aparte).
La demanda
De acuerdo a los pedidos de raciones que por estos días eleva el personal escolar al Ministerio de Educación, un importante porcentaje de los niños que habitualmente almuerzan en las escuelas seguirá yendo a los comedores durante el mes próximo. El año pasado, destacan desde ATE, entre diciembre y enero cayó sólo un 20 por ciento el número de comensales.
Según datos del Ministerio de Educación de la provincia, durante el ciclo escolar, en las escuelas de toda la provincia se sirvieron a diario unas 175.712 raciones de comida y 449.472 chicos accedieron al desayuno o la merienda a través del servicio de copa de leche.
Para Almirón, la demanda de raciones en el comedor escolar acompañó la crisis que afectó particularmente las economías de los familias de trabajadores. "El servicio alimentario que se brinda en el sistema educativo fue sumamente necesario en estos últimos cuatro años, para muchas escuelas públicas e incluso privadas fue un servicio esencial", afirmó.
La mesa servida
En una entrevista realizada el sábado pasado en Radio Dos, la flamante Ministra de Educación de la provincia, Adriana Cantero, sostuvo que se mantendrán durante el receso tanto los comedores escolares como las colonias de vacaciones.
En Rosario, hay unas cien escuelas que tienen comedores escolar y seguirán ofreciendo el almuerzo durante las vacaciones. Incluso algunos comedores continuarán sirviendo la mesa los días sábado. Por estos días, los directores de los establecimientos están realizando una relevamiento entre las familias de los niños para determinar el número de comensales que tendrán durante enero y febrero.
En base a esta información se solicitan las raciones correspondientes para responder a la demanda durante el receso. Por ejemplo, en una escuela primaria de barrio Godoy ya cuentan con mantener los almuerzos durante todo el verano "como hemos hecho durante todos estos años", destaca su directora.
Unos 840 alumnos reciben la copa de leche en la escuela y entre 350 y 400 chicos asisten también al comedor durante el ciclo escolar. Este verano, según estiman los docentes, unos 250 chicos seguirán almorzando en la escuela.
En un jardín de infantes de la zona oeste, las previsiones son similares: de los 150 niños que durante el año asisten al comedor, unos 50 seguirán haciéndolo durante este verano. "Algunos padres de los niños de la sala de cinco años ya se acercaron a preguntarnos si pueden seguir concurriendo al comedor más allá de que ya pasaron a primer grado", aseguró una maestra.
En la realidad que relatan los docentes, las estadísticas sobre inseguridad alimentaria y aumento de los índices de pobreza tienen rostro, nombre y apellido. "La situación es difícil. Para muchos chicos, la del comedor es la única comida del día", afirmaron.
Según las últimas cifras del Indec, el 52,6 por ciento de los menores de 14 años vivían en hogares que no llegan a ganar el mínimo para cubrir el costo de la canasta básica de alimentos; es decir estaban bajo la linea de pobreza en el primer semestre de este año, cuando se realizó la medición.
De acuerdo al Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), el 59,5 por ciento de los niños y adolescentes viven en hogares con ingresos por debajo de la línea de pobreza, de acuerdo al último informe que corresponde al tercer trimestre de este año.