“Estaba decidida a hacerse el aborto. Se había quedado sin trabajo y tenía deudas, estaba
desesperada”. La descripción la hizo María de los Milagros Balán, la tía de la joven de 21
años que el sábado murió en un departamento de zona sur tras haberse realizado un aborto. La mujer
dijo que la familia conocía la intención de su sobrina de interrumpir el embarazo y que intentaron
advertirla de los riesgos. En tanto, para la jueza Alejandra Rodenas, “la falta de
legislación sobre el aborto perjudica a los más desprotegidos”, y aseguró que en estos casos,
el derecho “llega tarde”.
María Raquel Díaz vino de La Carlota (Córdoba), donde tenía dos hijos de 2 y 4 años y trabajaba
como mucama de un hotel. Pero en los últimos meses, según el relato de su tía, las cosas se
complicaron. “La pareja la dejó cuando supo del embarazo, hace días la despidieron del
trabajo y encima tenía muchas deudas por créditos”, relató a horas de haber trasladado el
cuerpo de la chica a la ciudad cordobesa.
El viaje. Esa situación la empujó a venir a Rosario. “Quería buscar trabajo y tenía
esperanzas de encontrarlo acá. Así iba a poder pagar deudas y ayudar a su mamá y a los
chiquitos”, dijo la mujer, hermana de la madre de la joven.
Pero el trabajo no era lo único. “Llegó y enseguida arregló con esta mujer, que la conoce
desde los siete. Por eso fue a hacerse el aborto a la casa de ella”, dijo Balán.
“Intentamos hablarle y aconsejarla porque sabíamos que eso es peligroso
—continuó—. Incluso le dijimos que se quedara con nosotros, que la íbamos a ayudar.
Pero no quiso saber nada, no los quería tener, no sabía cómo iba a mantenerlos”.
De acuerdo al relato de la mujer, la joven no llegó a saber que eran mellizos. “Se hizo el
test de embarazo, le dio positivo y tomó la decisión, no sabía que eran dos”, dijo e
insistió: “No hubo forma de convencerla. Con dos chicos, sin trabajo y con deudas, estaba
desesperada”.
Los perjudicados. Rodenas, la jueza que interviene en el caso, consideró que “hay una
imposibilidad de llevar el debate (sobre el aborto) a la sociedad sin que sea lesivo o
extremo”, y remarcó que “por la falta de políticas legislativas, siempre resultan
perjudicados los más desprotegidos”.
La muerte de María Raquel disparó la necesidad de debatir la legalización del aborto. Es más, a
pesar de estar penalizado, se estima que se realizan en el país unos 500 mil al año.
Tarde. “El derecho llega tarde sobre hechos consumados, parece que sólo queda
aplicar la pena. Es necesario hacerse cargo de estas cuestiones. Una buena ley de aborto debería
contemplar una planificación acorde a la situación social, para que cada uno tome una
decisión”, remarcó Rodenas.
Y mientras repasaba el informe médico forense, consideró que “hay que dejar de lado los
dogmas y la fe. Hay que entender que legislar no implica apología, sea para el consumo de marihuana
o el aborto. Hay gente que no sabe ni hablar. Balbucean cuando les toman declaración. Ellos no
tuvieron la posibilidad de asimilar educación y valores. Si cometen un delito, ¿cómo se puede
pretender explicarles las normas que violaron?”, concluyó la magistrada.