Es claro que las ventas navideñas todavía no largaron fuerte en la ciudad. No se trata de una novedad producto de la caída del consumo, que de hecho existe, sino de una tendencia que ya lleva sus años: las compras para Nochebuena y Reyes arrancan de manera ostensible en la segunda quincena de diciembre y se aceleran a partir del 19, sobre todo con aguinaldo en mano. Los comerciantes rosarinos apuestan a ese último "plato fuerte" de año para intentar remontar el retroceso que en el comercio minorista ya llega a un 7,1 por ciento en la comparación interanual. Los dueños de negocios dicen, de todos modos, que el movimiento se acelera a partir de los jueves, cuando entran en vigencia los planes Ahora 12 y Ahora 18.
Según contó ayer uno de los titulares de la cadena de jugueterías Gulliver, Matías Benzi, "por ahora los números no son muy importantes: hay días mejores y días peores, pero sabemos que el movimiento fuerte va a darse alrededor del 19 y el 20".
El comerciante de un rubro tan clave para las fiestas —con mayor o menor crisis, los chicos son los que "ligan" siempre— rescató un hecho que seguramente beneficiará las ventas: este año, el 24 y el 31 caen sábado, por lo que los locales podrán trabajar "hasta último momento". Igual ocurrirá con la fiesta de Reyes, que se celebrará el viernes. "Comercialmente eso nos va a venir muy bien", señaló Benzi.
También afirmó que, a diferencia de lo que ocurre en materia de indumentaria y zapatillas, por ejemplo, en el rubro juguetes las ventas on line no prosperan demasiado. Y contó que este año los locales venderán tanto "nacional como importado", en proporción del 40 y 60 por ciento respectivamente.
El titular de la Asociación Empresaria, Ricardo Diab, también cifró en las ventas navideñas una "esperanza para remontar" la mala performance del 2016, que seguramente terminará con un diciembre "también negativo" en contraste con el anterior.