Que nenes de no más de nueve años aparezcan en una protesta barrial por la
inseguridad portando carteles con la consigna de "matar a todos los choros" no puede leerse como
cualquier otro reclamo de mano dura. ¿O sí? ¿No hay algo especialmente peligroso en que sean los
chicos quienes aparezcan pidiendo la pena de muerte? Para el psicoanalista Jorge Degano, del Centro
de Estudios en Psicología y Legalidad de la Facultad de Psicología de la UNR, sí lo hay. No sólo
eso, está convencido de que no se trata de "un reclamo genuino de los niños" sino de un mensaje que
se les transmite como algo "natural". Lo que cree grave.
Hartos de los robos, el martes pasado un grupo de vecinos del barrio Villa
Urquiza (Matienzo al 2300) realizó un reclamo público por más seguridad. Quizás creyeron que la
presencia de los chicos acrecentaría la fuerza y legitimidad de la protesta.
El hecho es que, entre las consignas por más seguridad, sus niños aparecieron
portando carteles que rezaban "Matarlos a todos (y en letra más chica) los choros".
Los nenes sonreían de oreja a oreja a cámara y agitaban sus pancartas, mientras
los volantes que repartían sus padres también pedían que, si "la policía no puede hacer nada porque
los delincuentes son menores", los autorizaran al menos a "pegarles o en su defecto matarlos y
entregarles a esos propios policías sus cadáveres".
Todo eso transcurrió en Rosario, conocida por propios y extraños como una ciudad
amigable con la infancia.
—¿La irrupción de la infancia como la portadora del reclamo de mano dura marca una
diferencia significativa respecto de ese mismo reclamo de parte de adultos?
—No creo que sea un reclamo propio de la infancia. En la infancia se juega
con la muerte como necesidad de tramitación, pero aquí la muerte aparece como reclamo. De ninguna
manera corresponde a un reclamo genuino de los niños.
—¿Eso significa que existe una manipulación de los adultos, que hacen portadores a
los chicos de esa demanda?
—Aquí se podría tratar de que los niños, por influencia afectiva y
familiar, toman parte de un reclamo que viene siendo sostenido por los adultos. La imagen muestra a
chicos con un cartel pidiendo muerte para los delincuentes, con la mirada adulta atrás puesta sobre
la supuesta escena infantil. Me parece que se lee con claridad que hay una influencia adulta, por
decirlo en términos suaves, sobre el montaje de los chicos.