Un lunes primaveral acompañó los festejos por el Día de Rosario y su Santa Patrona. La celebración comenzó a la mañana con un acto cívico presidido por la intendenta Mónica Fein y el gobernador Antonio Bonfatti en el Monumento a la Bandera y concluyó a la tarde con una procesión desde la catedral hasta la plaza de la Coronación, epicentro de una misa concelebrada por el arzobispo José Luis Mollaghan.
Bien temprano, el izamiento de la enseña patria, la entonación del Himno Nacional, la invocación religiosa y los mensajes alusivos se realizaron tras la entrega de una ofrenda floral a la imagen de la Virgen del Rosario en la catedral.
En su invocación religiosa, Mollaghan aludió a la tragedia de Salta 2141: "Que este año el Día de la Virgen sea también el del recuerdo de los 21 hermanos nuestros que ya no están y de sus padres y hermanos, de sus amigos. Es el recuerdo de muchos, conocidos y anónimos, que trabajaron incansablemente hasta el sacrificio y que tampoco queremos olvidar, como también el recuerdo de las víctimas del parque (Independencia), solamente unos días después".
"Este día nos invita a reflexionar acerca de qué sociedad queremos construir y cuáles son los valores que deseamos sostener" destacó Fein en la apertura de su discurso. Y citó al Papa Francisco: "Justicia, desarrollo humano, solidaridad, escucha y oportunidad de expresarse son la base de las políticas justas, duraderas y pacíficas".
Fein se definió como una "hija de esta ciudad por elección y convicción", tras lo cual enfatizó: "Somos la ciudad de la solidaridad, de lo que hemos dado sobradas muestras en momentos de extremo dolor y sufrimiento para toda la comunidad".
Por la tarde, centenares de fieles católicos confluyeron en la plaza de la Coronación.