Los 38,2 grados que el sábado calcinaron a Rosario no podían terminar de otro
modo: ayer a la madrugada avanzó una tormenta que llegó con ráfagas de hasta 70 kilómetros por
hora. El viento hizo lo suyo: derribó árboles y ramas en toda la ciudad, volteó columnas de
teléfono y arrastró cables de la Empresa Provincial de la Energía (EPE). Uno de los peores
inconvenientes se produjo en Blas Parera al 2100, donde la caída de un enorme sauce arrastró una
columna y todo el cableado eléctrico, rompió un tapial, levantó veredas y bloqueó las puertas de
una casa. Hubo más de veinte reclamos a Defensa Civil y llamados a la EPE todo el día.
La tormenta de viento se abatió a la madrugada, con un pico de ráfagas que
llegó, a las 5.55, hasta 70 kilómetros por hora. Luego cayó un fuerte chaparrón, pero el agua no
trajo más que algunos anegamientos puntuales por las bocas de tormenta tapadas.
Según detalló ayer el titular de Defensa Civil, Raúl Rainone, los inconvenientes
se produjeron sobre todo por la caída de árboles y ramas. Los pedidos de ayuda, más de veinte,
llegaron desde todos los distritos de la ciudad. "Estamos trabajando y a la vez derivando reclamos
a la EPE hasta por fax, porque tiene saturados los teléfonos", admitió el funcionario.
"Demasiados" reclamos. De hecho, también a LaCapital le costó comunicarse con la
empresa. "Es que tenemos muchísimos llamados, demasiados", admitió la responsable de tomar los
reclamos.
Según la empleada, se trató de desperfectos "dispersos" y "en domicilios
puntuales", en buena medida generados por el viento y el arrastre de cables por árboles y
ramas.
Uno de esos problemas fue el que vivieron las familias Noielli y Orlando, en
Blas Parera al 2100 (Casiano Casas al 1400), por la caída de un sauce que ya tenía varios pedidos
de extracción al municipio.
"Un vecino, Ariel, solicitó varias veces que lo sacaran porque estaba muy alto,
tenía las raíces afuera y crujía mucho", contó Sebastián Noielli.
Y ayer, a las 6, pasó lo que parecía cantado: al caerse el sauce arrastró a su
paso una columna de Telecom y, junto con ella, un manojo de cables que se desplomó sobre el techo
de los Noielli y dejaron toda una pared electrificada.
En la vereda de enfrente la cosa no fue mejor. El árbol —que quedó
atravesado sobre la calzada— levantó la vereda, rompió un tapial y bloqueó la puerta y el
portón de los Orlando, donde viven el dueño de casa, Walter, un hijo y su mujer embarazada. Ninguno
de ellos pudo salir de la vivienda hasta que, a media tarde, llegó la cuadrilla de Defensa
Civil.
La principal preocupación en la cuadra pasó por la remoción del árbol y el corte
del suministro eléctrico para evitar que a los daños materiales se sumara alguna víctima.