"El testimonio que dieron las víctimas de la balacera fue contundente y esclarecedor"

Una semana se cumple hoy de la brutal agresión que sufrieron tres militantes del Movimiento Evita en Nuevo Alberdi, cuando fueron baleados por “soldaditos” del narcotráfico de esta barriada del oeste rosarino.

Junto a su padre Ramón Ferreyra, los hermanos Ariel y Carlos Ferreyra, prestaron declaración ante el fiscal federal de San Nicolás, Juan Patricio Murray, a fin de dar detalles a la Justicia de lo acontecido el jueves pasado por la noche en Somoza y Luzuriaga. El diputado provincial del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, dijo a La Capital que “el testimonio que dieron las víctimas fue contundente y esclarecedor”.

Es que este miércoles, el propio Ramón Ferreyra, denunció ante el fiscal al jefe de la subcomisaría 2ª, Marcelo Mendoza, “por su relación con el búnker de venta de estupefacientes del barrio Nuevo Alberdi”, y por ser “el responsable intelectual de las amenazas a Ramón Ferreyra, cuya primer declaración ante una sumariante de la sub 2ª —realizada unas horas antes— fue reproducida con precisión por quienes lo encañonaron con un arma en la cabeza el viernes a la noche”, señaló ayer mediante un comunicado el Movimiento Evita, espacio político en donde militan los tres jóvenes baleados. Tras la declaración, tanto Ramón como sus hijos y las esposas de éstos, ingresaron en el Programa Nacional de Protección de Testigos, por lo que cambiarán su identidad y se les dará un trabajo y vivienda en otro lugar del país.

En este marco, el diputado provincial del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli, dijo a La Capital que “es inadmisible que el subcomisario (Marcelo Mendoza) siga al frente de la 2 ª”.

Toniolli agregó que “otra cosa que devela la declaración de Ferreyra es que es inadmisible también que la policía de la provincia de Santa Fe siga siendo la encargada de tomar declaración, cuando en otro lados como en Buenos Aires es la Justicia la que hace los sumarios”.

Ayer desde el Evita apuntaron que Carlos Ferreyra detalló ante el fiscal que fue víctima “de un procedimiento a todas luces irregular, por medio del cual la misma sumariante le tomó declaración en el hospital mientras lo intervenían por las heridas recibidas, sin leerle el escrito antes de firmarlo”, y que “desmintió haber enunciado afirmaciones que los diarios reseñan como de su autoría en el citado documento”.

“Tiempo atrás —recordó Toniolli—  presentamos un proyecto en la Legislatura para recortar esta potestad de la policía, porque da lugar a este tipo de arbitrariedades”.

“La militancia no se va”. El jueves pasado Ariel Ferreyra, de 22 años, recibió un disparo en la rodilla y su hermano Carlos, de 19, fue lesionado en la espalda, al ser baleados por “soldaditos” que se disputan el negocio narco en Nuevo Alberdi. El tercer joven, Gastón Arregui, de 27 años, sigue internado en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca), alcanzado por un tiro en el cuello.

Ramón Ferreyra es un militante barrial de Nuevo Alberdi. Sus hijos Carlos y Ariel hacían changas, y después de trabajar colaboraban con su padre en la tarea social. Gastón Arregui, por su parte, trabajaba de albañil y luego acompañaba a Ramón en la militancia. “Cuando Gastón se sumó al Movimiento Evita dijo que lo hacía siguiendo el ejemplo de su madre, militante peronista de Río Gallegos, y de su tío, militante de la UES del Industrial de Santa Fe, desaparecido durante la última dictadura cívico militar”, recordaron ayer desde el Evita.

Toniolli adelantó que la semana próxima habrá en Nuevo Alberdi una jornada solidaria para el barrio, desde el mejoramiento de las zanjas y la poda de árboles, hasta la realización de espacios culturales. Participarán vecinos del barrio e integrantes del Movimiento Evita y de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) de distintos lados, “para demostrar que la militancia no se va y que es un freno a este tipo de situaciones que se viven en los barrios”, concluyó Toniolli.