Iván Maggi, el taxista baleado en el cuello esta madrugada en la zona de Battle y Ordoñez y Buenos Aires confió esta mañana que "tuve un Dios aparte, si no paraba me mataban y si paraban me mataban igual".
Iván Maggi, el taxista baleado en el cuello esta madrugada en la zona de Battle y Ordoñez y Buenos Aires confió esta mañana que "tuve un Dios aparte, si no paraba me mataban y si paraban me mataban igual".
Desde su habitación en el sanatorio Mapaci, Iván dialogó con el programa "El primero de la mañana", que se emite por La Ocho, y con la voz entrecortada por la emoción y el momento que le tocó vivir contó que
"en realidad es una locura lo que está pasando. Si no paraba me mataban y si paraba me mataban igual. La decisión que que tomé fue salir y me voy con una bala de grueso calibre, una 38 creo. También siento que te corta la vida, porque no sé cómo hacerme para ganarmte el dinero. Yo trabajo y voy a la escuela y es muy difícil hacer esas dos cosas juntas. Voy a la secundaria, quiero terminarla y luego ir a la facultad para estudiar enfermería. Estoy ansioso por eso".
"La verdad que hay que pelear todos los días con esta inseguridad. Uno ve tantas cosas que no concuerdan: policías y gendarmes que no sabés si están o no están. Mi pregunta es a los políticos, que porqué nos siguen mintiendo en la cara", se lamentó el joven de 29 años.
Cuando se le preguntó si imaginaba que hubiera pasado si se detenía señaló que "si hubiera parado me imagino tirado en la calle, con varios disparos, golpes y el único que me hubiera salvado hubiera sido Dios, que lo hizo en el momento de los disparos porque hay un impacto que da justo en el parabrisas. Si ese disparo no lo sacó Dios no sé..."
"Me pareció escuchar cuatro disparos, y uno lo tengo en mi cuerpo. Está adentro, fue una bala que se frenó. Todos me dijeron que tengo un Dios aparte y yo digo que lo tuve a Dios", confió el taxista apoyándose en su profunda fe.
Acerca de si pensaba seguir manejando un taxi contestó que "me imagino pidiéndole al dueño del taxi que me consiga un vehículo de día. Que la noche me cargó de una muerte, vi la muerte muy cerca porque pensé que me moría. Seguir manejando con un disparo en el lomo a la una de la mañana de un día jueves, sin saber si ir manejando hasta el médico... Me faltaba el aire, me mareaba, tenía un tiro en el cuerpo".
Sobre cómo había llegado hasta la seccional indicó que "cuando llegué a la comisaría, alrededor de las 4 o 5, y cuando vi que me estaba desvaneciendo, pasé por encima de un cantero y frené de golpe y grité que tenía una bala adentro, me dolía muchísimo y pensé que me moría. En todo momento le decía a Dios que me salvara".