El Roque Sáenz Peña es el primer efector en todo Rosario y Santa Fe, y uno de los únicos 8 del país, que integra desde hace días la Red Global de Hospitales Verdes y Saludables. Esa adhesión implica un fuerte compromiso para cumplir diez metas de una agenda común, de las que el Roque lleva ya cinco en pleno desarrollo, algunas muy avanzadas, que apuntan —entre otras— a priorizar la salud ambiental, usar energías renovables, reducir el consumo de agua, reemplazar sustancias químicas nocivas por otras seguras, y producir y proporcionar alimentos saludables. A futuro, la idea es pasar de un hospital que "degenere" el capital natural a otro que lo "regenere" o, dicho con metáfora médica, de un hospital que "no dañe" a otro que simplemente "cure". Ante la complejidad social con que lidia (ver aparte), todo un desafío.
Se trata de un nuevo paradigma que traerá cambios de largo aliento. "No necesariamente por onerosos, aunque algunos proyectos sí impliquen inversiones, sino porque conllevan un cambio de mentalidad", explica el director del Sáenz Peña, Federico Cornier.
Su segundo, Gonzalo Pait, desarrolla la idea: "Esto supone transformaciones culturales profundas, marcar una tendencia, generar un nuevo horizonte para el hospital a futuro". Un proceso, coinciden ambos médicos, que sería inalcanzable "sin una toma de conciencia, sin compromiso, sin participación".
El sujeto activo de esa transformación es, desde la perspectiva del Roque, el conjunto mismo de la "comunidad hospitalaria". E incluso más allá, ya que involucra a escuelas del barrio. Pero, prima facie, suma como actores principales al conjunto del personal y los pacientes.
La agenda. Los diez objetivos a que se comprometieron apuntan a lograr un liderazgo en salud ambiental; reemplazar sustancias químicas nocivas; separar, tratar y reducir residuos patológicos; ahorrar energía y usar sus formas limpias; disminuir el consumo de agua; mejorar las estrategias de transporte; hacer compras verdes de artículos seguros y sustentables; producir alimentos saludables; gestionar y disponer de modo seguro los medicamentos y diseñar espacios verdes y sustentables.
De esos diez objetivos que suscribió el Roque para sumarse a la Red Global de Hospitales Verdes y Sustentables, al menos cinco ya están avanzados, explica Carlos Marinozzi, enfermero y coordinador del comité de gestión interna de residuos hospitalarios.
Justamente, ese proyecto (que los hizo "hospital modelo en gestión de residuos", uno de los dos únicos en todo el país) ya tiene 12 años. Y los logros se ven: sólo en los primeros cuatro años, los desechos patológicos pasaron de 44 a 26 toneladas al año, casi la mitad.
"Separamos en bolsas negras los residuos comunes o compatibles con los domiciliarios; en las rojas los biocontaminados o patológicos; en las amarillas los químicos peligrosos y en las verdes los reciclables: sachés de suero vacíos no contaminados", explica Marinozzi. Los residuos patológicos luego se entregan a una firma especializada para su tratamiento y disposición final en un planta de Córdoba.
Otros objetivos en proceso de cumplimiento (en distinto grado y que lógicamente luego deberán sostenerse) son el reemplazo de termómetros y tensiómetros de mercurio por digitales, la eliminación de pérdidas y consumo responsable de agua (de red), las compras responsables (por ejemplo, dejarán de adquirir instrumental pakistaní porque suele ser producto del trabajo infantil) y el ahorro energético (nuevos servicios del hospital usarán energía solar).
También marchan hacia la producción hortícola, tanto de vegetales comestibles como de hierbas medicinales (para lo que ya trabajan con el Programa de Agricultura Urbana, el Inta y el Proyecto de Aplicación de Medicinas Tradicionales y Naturales, en el marco de la Secretaría de Salud municipal), así como hacia un tratamiento final de productos químicos "muy complicados", como los líquidos fijadores y reveladores de rayos X y los medicamentos vencidos.
El desafío, enorme, ya fue asumido. Con aval de Salud municipal, pero sobre todo por vocación de los directivos, médicos, enfermeros, mucamos y todo el personal del Roque. Un hospital que lidia con el presente mirando al futuro.