En los últimos años el crecimiento de la cantidad de profesionales de la salud mental, sean psicólogos o médicos psiquiatras, se incrementó "como una pauta de cómo se piensa la salud", destacó la directora de Salud Mental de la Municipalidad de Rosario, Paola Cocconi.
Así, actualmente hay 139 profesionales, de los cuales 85 trabajan en los 50 centros de salud del territorio, lo que marca un incremento del 30 por ciento entre el 2012 y el 2018. Así y todo, con el incremento de la demanda, los servicios están al límite.
"Este es el piso mínimo que podemos tener", remarca la responsable del área.
En el ámbito de la salud pública provincial, de acuerdo al planteo de los profesionales nucleados en Siprus, la situación es más "crítica", aseguró Cintia Gambutti, dirigente de sindicato y psicóloga. "No creció el número de personal, cuando la demanda es mayor y más crítica, y estamos de cara a una temporada donde el personal comienza a tomar vacaciones y desde el Ministerio de Salud no se pagarán los reemplazos", recalcó la funcionaria.
Gambutti describió un escenario calcado en los centros de atención primaria que dependen del Ministerio de Salud en la provincia. "Hay aumento de la demanda por falta de trabajo tanto en guardias como en el territorio, hay cuadros más críticos, incremento de las crisis que requieren internación, aumento del consumo problemático y de las situaciones de violencia", indicó la dirigente del sindicato, y dejó en claro que para hacer frente a esa situación "los recursos humanos no alcanzan".
"Todo creció menos el personal, que hace frente desde hace meses a una demanda mayor y más crítica", recalcó Gambutti, y puntualizó que "no en todos los centros de salud provinciales hay en forma permanente psicólogos o médicos psiquiatras, sino que van de uno a otro.
Además, dejó planteada la queja porque "el Ministerio de Salud provincial dejó de cubrir los reemplazos de profesionales, en casos de licencias por maternidad o vacaciones, lo que nos pone en una situación crítica, más en esta época del año donde tendremos que brindar la asistencia los que estamos y no damos a basto".
Con un escenario de por lo menos un profesional de la salud mental por cada centro de salud en el área del municipio, el panorama aparece algo más alentador.
Así y todo, ante el aumento de las consultas, la propia directora admitió que con el número actual de profesionales "las licencias largas tienen que reemplazarse" y explicó que el número actual "es el piso mínimo que se puede tener, no menos".
Un sistema que empuja hacia el individualismo
Cómo hacer para resistir ante "la crueldad del sistema que empuja al sálvese quien pueda y al individualismo". Ante ese interrogante, para la especialista Paola Cocconi la respuesta está justamente en lo opuesto y hay que buscarla en los espacios colectivos que pueden funcionar como "resistencia amorosa" ante el padecimiento y el sufrimiento que muchas veces propone la realidad.
"Producimos salud cuando producimos cosas en el sentido opuesto", afirma la funcionaria, que lo lleva al plano de lo concreto en los dispositivos grupales en los cuales los profesionales de la Dirección de Salud Mental participan en el territorio y donde hay más de 800 integrantes.
"Ahí está la posibilidad de generar y dar espacio a lo que llamo la resistencia amorosa, ese lugar donde puedo encontrarme con el otro, donde me junto y cuento lo que me pasa, genero un lazo y puedo pasarla algo mejor y no quedarme tomado por lo incierto", plantea la especialista en temas de salud mental.
Se trata, en definitiva, de una apuesta diferente y posterior a la atención de la urgencia.
"Esto aparece después, porque se trata en realidad de la posibilidad de generar un trabajo donde está lo individual, pero también la posibilidad de apostar a lo colectivo y ahí aparecen un cantidad inmensa de dispositivos grupales que funcionan en hospitales y centros de salud".
Estos dispositivos adoptan formas que pueden ser de las más variadas y que incluyen a chicos y también a adultos, así como a mujeres, madres e hijos: "son todos espacios donde se busca generar otra cosa", detalla Cocconi.
Finalmente, si bien la funcionaria municipal admite los límites que pueden tener las estrategias desplegadas, deja en claro que "lo único que no podemos hacer desde estos espacios es quedarnos paralizados ante el sufrimiento del otro".