El Papa Francisco recibió ayer al primer grupo de obispos argentinos que viajó a Roma para la tradicional visita que realizan los prelados cada cinco años. En esta jornada participó el representante de Rosario, monseñor Eduardo Martín.
El Papa Francisco recibió ayer al primer grupo de obispos argentinos que viajó a Roma para la tradicional visita que realizan los prelados cada cinco años. En esta jornada participó el representante de Rosario, monseñor Eduardo Martín.
El pontífice expresó su preocupación por la polarización que se vive en el país y manifestó sus deseos de visitar la Argentina, aunque no precisó una fecha.
"El Papa expresó su deseo de visitarnos varias veces, pero la dificultad es de agenda", dijo a la prensa el arzobispo de Corrientes, monseñor Andrés Stanovnik, tras la reunión.
Por su parte, el arzobispo de La Plata, monseñor Víctor Manuel Fernández, dijo: "No tenemos ningún indicio por sí ni por el no, sólo sabemos que es muy difícil".
"Su agenda ahora está más marcada por las necesidades de la Iglesia y de la sociedad en el complejo mundo global, que por sus sentimientos", precisó el prelado platense.
Durante la reunión con el Papa, que duró dos horas, los representes de la Iglesia Católica de las regiones Noreste, Litoral y La Plata trataron temas que incumben a las diócesis.
En un comunicado oficial de la Conferencia Episcopal Argentina señalaron que los obispos comentaron al Santo Padre la situación de sus diócesis y sus desafíos.
El Papa los motivó a ser testigos de la fe, a evangelizar y los instó a que "acompañen particularmente a los jóvenes de la Argentina; que le dediquen tiempo a ese acompañamiento".
Los obispos dialogaron sobre la realidad de las vocaciones sacerdotales y la importancia de la educación en la Argentina. En este sentido, Francisco los alentó a continuar fortaleciendo la tarea de la Iglesia en este importante aspecto.
La misa de Martín
El encuentro con el Papa se llama "ad limina apostolorum" y es una visita que todos los obispos diocesanos deben realizar a "los hogares de los apóstoles", es decir a Roma, en forma periódica, para informar al Papa sobre la actividad de las iglesias locales en cada país.
La jornada de ayer comenzó con la peregrinación de los obispos a la basílica de San Pedro.
Allí se dirigieron al subsuelo, donde celebraron la misa en la tumba del apóstol, presidida por monseñor Eduardo Martín.
En su homilía, el obispo de Rosario destacó que se trataba de una visita muy esperada. "Pero no nos mueve la simpatía sino la fe. No lo veremos a Jorge, lo veremos a Francisco. Es el Papa, a el obedecemos", destacó ante los demás prelados del país.
Asimismo, recalcó: "Venimos a ser confirmados en la fe por él. Seguir a Pedro, es seguir a Cristo. Francisco nos reclama como pastores una gran responsabilidad como episcopado (...). El Papa Francisco nos saca continuamente de la zona de confort. Nos desafía a un cambio y a tener un horizonte más allá", destacó.
Luego de la misa, los obispos argentinos fueron recibidos por el Santo Padre en audiencia.
El encuentro se vivió en un clima de intercambio, diálogo y fraternidad.
Por la tarde los obispos continuaron con el programa previsto para la jornada, donde visitaron la Comisión Pontificia para América latina, el Palacio de San Paolo, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, el Pontificio Consejo para los Textos Legislativos y la Secretaría para la Comunicación.
El domingo tendrá lugar la visita del segundo grupo, de 29 obispos de las distintas localidades del país.