Un día después de un paro de taxis que desafió la conciliación obligatoria en reclamo de aumento en la tarifa, el municipio envió al Concejo un estudio de costos que prevé una suba del 40 al 47 por ciento en el valor del servicio. El informe contiene tres propuestas: una que sólo considera la variación de los gastos del taxi y otras dos que contemplan el incremento salarial escalonado que acordaron choferes y titulares hace dos semanas. Los porcentajes no conformaron a los taxistas, que manifestaron su descontento en una ruidosa reunión de la comisión de Servicios Públicos y anunciaron que no descartan nuevas medidas de fuerza a partir del lunes.
La propuesta del Ejecutivo local para retocar la tarifa de taxis consiste en llevar la bajada de bandera diurna de los 5,60 pesos actuales a entre 7,83 y 8,25 pesos. La ficha cada cien metros, que ahora es de 28 centavos, pasaría a valer entre 39 y 41. Correlativamente, se retocarían la tarifa nocturna y el adicional por radiollamada.
Al planteo tarifario se suma un proyecto de ordenanza para la incorporación de equipos de GPS en todas las unidades y ligados a una central de monitoreo. Hasta ahora sólo una parte de la flota tiene los aparatos que funcionan como método de seguridad (ver aparte). La propuesta tendrá ingreso formal al Concejo en la sesión de hoy y el lunes próximo se tratará en la comisión de Servicios Públicos. Cuando allí se logre consenso sobre el porcentaje de aumento, el debate llegará al recinto.
El informe de 37 páginas ingresó ayer a la comisión de Servicios Públicos, a la que se asistieron representantes del Sindicato de Peones de Taxis, la Cámara de Titulares, la Asociación de Titulares y Taxistas Autoconvocados. En un clima de exaltación, manifestaron en forma homogénea su rechazo a la propuesta del Ejecutivo.
Los choferes pretenden trasladar de lleno a la tarifa el 65 por ciento de aumento salarial obtenido el 9 de agosto, cuando acordaron una suba del 30 por ciento en agosto, el 17,5 por ciento en noviembre y otro 17,5 por ciento en marzo, en un acta que aún no fue homologada por el Ministerio de Trabajo. Harán un impasse hasta la reunión del lunes, cuando definirán si reiteran o no un paro.
"Esto es una migaja. Al estudio lo dibujó Da Vinci. Tenemos un atraso salarial terrible y no nos bajamos del 65 por ciento", dijo ofuscado Horacio Boix, del Sindicato de Peones de Taxis, ante un grupo de tacheros que se había agolpado frente al anexo del Concejo, en Juan Manuel de Rosas al 800.
La fuerte custodia policial daba cuenta del clima que rodeó al paro que concluyó a las 6 de ayer pese que el Ministerio de Trabajo había dictado la conciliación obligatoria el martes a la tarde. La intendenta Mónica Fein reprobó los disturbios, dijo que citarán a titulares de licencias ligadas a los incidentes e instó al Concejo a discutir el aumento con "cordura" (ver página 4).
Entre los concejales parece reinar consenso en una serie de puntos básicos: que la tarifa está desfasada, que el salario de los peones arrastra un retraso y que sólo se otorgará el aumento si se regula la incorporación de GPS a las unidades.
Los ediles también acuerdan en que una suba del 65 por ciento volcaría el costo sobre el usuario, con el riesgo de desfinanciar el sistema. "Es un reclamo erróneo. No sólo porque la suba salarial es escalonada sino porque el costo laboral es el 50 por ciento de la fórmula de costos", opinó el justicialista Osvaldo Miatello.
"Es difícil que algún bloque avale lo que piden los taxistas", opinó estudio en mano el socialista Manuel Sciutto. "Si queremos un sistema de calidad deberíamos llegar a una tarifa lo más cercana posible a los valores de referencia", agregó.
El estudio de costos fue realizado con una metodología propuesta por la UNR que la semana pasada fue aprobada en el Concejo. El informe contiene tres cálculos. El primero sólo contempla la variación de los rubros del servicio (combustible, mantenimiento, repuestos, seguros y mano de obra) y arroja un desfasaje del 45 por ciento. Propone una bajada de bandera diurna de 8,15 pesos.
El segundo consideró los 3.600 pesos de sueldo mínimo que cobrarían los choferes desde agosto. Paradójicamente arrojó un desfasaje más bajo (del 40 por ciento) y una tarifa de 7,83 pesos. La última fórmula contempló la remuneración mínima de 4.000 pesos a percibir en noviembre: arrojó un desfasaje del 47 por ciento y una tarifa de 8,25. El aumento salarial previsto para marzo no fue contemplado en el estudio. Sobre esos números girará el debate, que el lunes tendrá su próximo capítulo en el Concejo.