La Municipalidad deberá indemnizar a nueve vecinos del barrio Puente Gallego que durante ocho años soportaron los fétidos olores que emanaban de tres rellenos sanitarios ubicados a 600 metros de sus casas. Si bien no se acreditaron inconvenientes a la salud ni al medio ambiente, la Justicia interpretó que se afectó "el derecho de vivir dignamente en un ambiente equilibrado y apto para el desarrollo humano", por lo que el municipio deberá pagarles cinco mil pesos a cada uno.
Entre 1995 y 2003 funcionaron tres rellenos sanitarios a la vera del camino viejo a Soldini (Gallego I, II y III), a seis cuadras al oeste del barrio Puente Gallego. Los vecinos de esa zona soportaron durante ocho años y medio los gases emanados de los basurales, donde diariamente se descargaban 650 mil kilogramos de basura.
"Si multiplicamos esa cifra por los 8 años y medio (principios de 1995 a mayo de 2003), llegaremos a la conclusión de que se depositaron más de 2.000.000.000 kilogramos de basura", cuantificó el juez Civil y Comercial Nº 9, Marcelo Bergia, quien tramitó la demanda por perjuicios personales y ambientales iniciada por los ciudadanos.
El camino legal.El juicio se presentó en 2005 contra la Municipalidad de Rosario, Milicic S.A. Construcciones Viales y Civiles, Servicio de Higiene Urbana (concesionarios de la obra), y el propietario del inmueble donde funcionaba el relleno sanitario. Los vecinos reclamaron casi 13 millones de pesos por los daños ambientales.
Al dictar la sentencia condenatoria, el juez evaluó cada punto y descartó casi todos los reclamos vecinales. En base a las pericias, estudios e informes, constató que no hubo daño a la salud de las personas ni al medio ambiente, que se realizaron todos los estudios previos para la obra, que el emprendimiento funcionaba en un espacio habilitado a tal fin y que el proceso licitatorio fue correcto.
Tampoco se comprobaron valores de contaminación del suelo o del agua, y que la afectación de aire correspondía a los parámetros normales. En tanto, las empresas contratistas también fueron liberadas de toda responsabilidad civil. No obstante, el juez no eludió los padecimientos de los vecinos.
Excesiva tolerancia. "Todo el gas que se producía dentro de los rellenos se liberaba por tubos de ventilación a la atmósfera, a través de la técnica denominada venteo pasivo. Se mezclaba con el aire y era arrastrado con éste por el viento. Cuando esos gases alcanzaban el barrio, su olor no podría ser menos que insoportable. Tanto por la intensidad como por la cantidad de días que debió ser soportado, excede la normal tolerancia", explicó el magistrado en la resolución.
En desigualdad.Además, evaluó que esos padecimientos constituyeron "una carga impuesta a los habitantes del barrio, que los coloca en clara desigualdad con el resto de los habitantes de la ciudad que, por otro lado, gozaron de los beneficios de los rellenos y su operación".
"En consecuencia -prosigue Bergia- la enorme desigualdad en la distribución de esa carga debe ser recompensada".
En definitiva, se probó que los vecinos sufrieron la exposición al olor de los gases producidos por la descomposición biológica de la basura durante aproximadamente 240 días.
Y en tal sentido, la Municipalidad fue condenada a indemnizar a los nueve vecinos con 5 mil pesos cada uno más el seis por ciento de interés anual entre la fecha en que el daño dejó de producirse (junio de 2005) y la fecha de liquidación.