La persistencia del humo provocado por los incendios intencionales en la zona de
islas del alto delta del río Paraná mantuvo ayer cerrado el puente a Victoria y generó cortes
intermitentes en la autopista a Buenos Aires. Ya entrada la noche, Rosario quedó cubierta por un
manto rojizo e impregnada de olor a quemado.
Paralelamente, y en su primera aparición pública desde que los efectos de la
quema masiva de pastizales invadieran la Capital Federal (llegando incluso hasta cuatro
departamentos de Uruguay), la presidenta Cristina Kirchner reclamó, aunque sin apuntar directamente
a los productores rurales, que actúe la Justicia y atribuyó la caótica situación a la
"irracionalidad humana".
El ministro del Interior, Florencio Randazzo, recibió en la Casa Rosada a los
gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli, y de Entre Ríos, Sergio Urribarri. Su par santafesino,
Hermes Binner, estuvo ausente porque no fue notificado a tiempo y siguió los avances del encuentro
por teléfono (ver aparte). Anunciaron la formación de un comité y el compromiso de respaldar la
investigación judicial en curso.
Si bien por la mañana había comenzado un operativo de circulación de autos y
camiones escoltados por Gendarmería en ambos sentidos del puente a Victoria, sólo duró una hora y
media. Sobre el mediodía recrudecieron algunos focos ígneos a la altura de kilómetro 34 de la
traza.
Tras otro intento de reorganizar el tránsito por medio de caravanas durante la
tarde, que también buscó descomprimir la congestión en la avenida de Circunvalación, la visibilidad
volvió a ser nula y provocó un nuevo cierre de la conexión física, que sería reabierta hoy.
Bomberos santafesinos y entrerrianos procuraron extinguir dos frentes de fuego al norte y al sur
del puente.
El panorama en las islas, según constató La Capital durante una recorrida aérea,
era desolador (ver página 4).
En la autopista a Buenos Aires los cortes fueron intermitentes, signados por el
crecimiento o la disminución de la densidad del humo. Más temprano, cuando la interrupción de la
circulación era total, la cola de autos y camiones antes del peaje de General Lagos, al igual que
en Zárate, superó los 10 kilómetros. Sobre las 21 la Nación volvió a clausurar esa vía, además de
las rutas 12 y 14.
El pico de máxima tensión ocurrió en San Pedro, donde un grupo de camioneros que
venía acumulando horas de espera desconoció la orden de Interior de cerrar la autopista y comenzó a
circular. Y hubo denuncias por robos en una estación de servicio en Lima, a la vera de la autopista
(ver página 6), y en un country de Los Cardales, acciones facilitadas por la cortina de humo.
A su vez, la secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Picolotti, pidió
que se acerquen denuncias por las quemas y admitió dificultades para combatir las llamas. Lo hizo
junto a Randazzo, quien dijo que "algunos productores" prenden fuego para "maximizar ganancias".
Las entidades del campo, en pleno conflicto con Balcarce 50 por el reciente aumento de las
retenciones, acusaron al gobierno de "embarrar la cancha".
Réplicas. En nombre de la administración de Binner, que se considera perjudicada
por la inacción entrerriana y del gobierno de Kirchner, el secretario de Medio Ambiente provincial,
César Mackler, reclamó "sanciones penales para los responsables", algunos de los cuales figurarían
en una lista difundida por el Taller Ecologista de Rosario (ver página 7).
El intendente de Miguel Lifschitz volvió a exigir la creación de una reserva
natural de jurisdicción nacional en el delta para preservar el ecosistema, mientras que el concejal
radical Jorge Boasso anunció que hará hoy una presentación ante la Justicia Federal.
El Gran Rosario también siguió padeciendo el humo. En los accesos a San Lorenzo
(autopista a Santa Fe y ruta 11) hubo una importante concentración de camiones cerca de las
terminales portuarias.
Por eso la policía provincial, personal de la Subsecretaría de Transporte
santafesina y la concesionaria Aufe realizaron desvíos.
Otro punto colmado de vehículos de carga fue la ruta 21 y la autopista a Buenos
Aires, en proximidades de la planta de Dreyfuss, ubicada en Arroyo Seco.
Si bien la Subsecretaría de Protección Civil provincial aguardaba el arribo de
un avión hidrante y de un helicóptero para aliviar la tarea de los bomberos en el sector de islas,
el humo también dilató la entrada en operaciones de las naves.
En shock. Conmovidos por un fenómeno que los rosarinos conocen muy bien desde
hace años, los habitantes de la ciudad de Buenos Aires vivieron la cancelación de aterrizajes en el
Aeroparque Jorge Newbery, el cierre de puertos y la suspensión de servicios de ómnibus de larga
distancia desde Retiro.
Las demoras fueron una constante en las principales salidas porteñas por la
falta de visibilidad. Anoche el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) preveía una mejora temporaria
de las condiciones climáticas.
Según Interior, existen unas 70.000 hectáreas afectadas por casi 300 focos de
fuego aún sin control.