El hombre de 63 años que fue atacado el lunes pasado por un perro pitbull perdió una oreja aunque su estado general presenta síntomas de evolución. Si bien exhibe heridas importantes en la cabeza y continúa en terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez, según las autoridades médicas se encuentra recuperándose favorablemente.
"Se sacó la asistencia respiratoria mecánica y ya está estable", señaló el director del Heca, Néstor Marchetti, en relación a las características de la evolución que presentó en la jornada de ayer.
Sobre el estado del internado, apuntó que "presenta scalp de cuero cabelludo (arrancamiento), heridas en la cara y en la cabeza". Y además confirmó que "perdió el pabellón auricular". Un daño de consideración que, de todas maneras, no fomenta dificultades adicionales, bajo la mirada de los especialistas.
"Son heridas que se van a recuperar, si no surge ninguna complicación", abundó el médico a manera de explicación.
La víctima fue agredida salvajemente por su propio perro el lunes por la tarde en su vivienda de barrio Alvear (pasaje Lett al 4200). Tras lo cual, fue trasladada al Heca, operada en carácter de urgencia y posteriormente internada en ese centro de salud. Mientras, el animal fue llevado inmediatamente al Instituto Municipal de Salud Animal (Imusa).
El hombre habría sufrido una convulsión y en ese momento su perro lo habría desconocido y efectuó el brutal ataque, que le provocó lesiones severas en los oídos, el cuello y en el cuero cabelludo.
Con este panorama, continúa en terapia intensiva y los tiempos de internación estarán vinculados a su grado de mejoría. "Depende de cómo evolucione será su estadía en el hospital", sostuvo Marchetti. Y profundizó: "Ya salió del coma farmacológico, está respirando solo. Se sacó el respirador hoy (por ayer) y está mejor".
Marchetti admitió que en este tipo de casos se apela a una atención interdisciplinaria para contener a las víctimas. "En el hospital hay un equipo de salud mental y otro de cirugía que evalúan permanentemente todas las lesiones y sus posibles consecuencias", expresó.
En tanto, el perro sigue en el Imusa en donde le están efectuando la observación antirrábica. "Estamos realizando algunos estudios, esperando que se acomode la situación de la familia para que se puedan llevar al perro, porque el Imusa no está para encerrar perros sanos", señaló Diana Bonifacio, directora de la entidad.
"Estos son problemas de particulares. Los dueños deben entender y reconocer el peligro que representan estos perros de gran porte. Este es un hecho que se pudo prevenir. No debió pasar. Por eso queremos desalentar la tenencia de este tipo de perros", recalcó Bonifacio.