Aunque el árbol de Navidad como se conoce hoy data de los últimos siglos, culturas de la Antigüedad y la Edad Media recurrían a plantas de hoja perenne (el muérdago, el acebo, el rusco, el laurel y las ramas de pino o de abeto) a las que atribuían poderes mágicos y medicinales.
Griegos y romanos decoraban sus casas con hiedra, mientras que para los celtas de la antigua Europa el árbol era un elemento sagrado. Por eso los druidas, la clase sacerdotal, los decoraban y veneraban.
En el posterior proceso de sincretismo que se dio entre los restos de esas culturas célticas y los inicios de la evangelización cristiana, el árbol se asoció al nacimiento de Cristo.
Hay otras tradiciones y leyendas que refieren al árbol de Navidad (entre ellas la historia con ribetes míticos de San Bonifacio, un obispo inglés que marchó a predicar la Germania durante el siglo VIII), así como obras de teatro medievales que representaban los misterios y pasajes de la Biblia.
Con gran éxito popular, por ejemplo, en Nochebuena se solía representar el episodio bíblico del pecado original de Adán y Eva, con el árbol del bien y del mal en el centro de la escena.
Como en Europa la Navidad cae en invierno, en vez de un manzano se usaban abetos decorados con frutas, galletas y dulces para los niños.
Es opinión generalizada que el pino de Navidad, como se lo arma hoy, decorado e iluminado con luces, deriva de ese árbol del Paraíso. Y se cree que su lugar de nacimiento fue Alsacia.
Registros del siglo XVI que alberga la ciudad de Schlettstadt, más precisamente de 1521, documentan que los guardabosques eran los responsables de castigar a cualquiera que cortara un árbol para decorar su casa en los días previos a la Navidad.
Otras fuentes atestiguan que en Estrasburgo, la capital de Alsacia, los abetos se vendían en el mercado para esas fechas y la gente acudía a comprarlos para adornar sus hogares.
La tradición se propagó luego a toda Alemania, más tarde a buena parte de Europa y de allí al resto del mundo cristiano.
Al pino de Navidad se le adjudican distintos significados religiosos: representar la vida eterna (por eso es perennne), la Santísima Trinidad (por su forma triangular) y, desde ya, por su asociación con el árbol del bien y el mal del que Adán y Eva comieron el fruto prohibido, la llegada del Mesías prometido para la reconciliación.
Una superfiesta en Oroño y Pellegrini
Al clamor de una cuenta regresiva, Papá Noel descendió anoche de una grúa para enroscar la bombita 3 mil del tradicional árbol luminoso en Oroño y Pellegrini. Y se encendió el espíritu navideño. Antes, cumbia pop, Elías Rampello y Amapola le pusieron toda la música a la fiesta.