La decisión del municipio de retocar partidas de obras públicas, destinar esos fondos al transporte y así evitar que suba el boleto fue criticada con dureza por la oposición en el Concejo. "Es una medida demagógica para evitar pagar el costo político que demandaría un aumento de la tarifa, cuando en realidad hace años que se subejecutan los recursos aprobados para infraestructura y se los destina a rentas generales", disparó la edila Lorena Giménez, presidenta de la comisión de Obras Públicas del Palacio Vasallo.
En ese sentido, la concejala del bloque Compromiso Social anunció junto al radical Martín Rosúa que presentarán un pedido de informes al Ejecutivo para que se detalle "cuál es el monto específico que se pretende desviar de obra pública tan necesaria hacia el Fondo Compensador del Transporte".
También indagarán al gobierno de Mónica Fein sobre "qué partidas serán las afectadas y qué obras de la ciudad se verán interrumpidas y demoradas por la falta de recursos que provocaría este desvío de fondos".
En diálogo con La Ocho, Giménez opinó que el anuncio de la intendenta Fein de no utilizar la facultad de ajustar la tarifa en septiembre como la autorizó el cuerpo y financiar el sistema difiriendo obras y el pago a proveedores "es una medida demagógica para evitar pagar el costo político que demandaría una suba de la tarifa en plena campaña electoral".
Giménez advirtió que "el recorte de obras públicas mediante la subejecución de partidas es una práctica habitual del gobierno municipal. Se trata de fondos específicos que el Ejecutivo recibe del presupuesto y de un porcentaje de la factura del gas que pagan los rosarinos y todos los años se deriva una parte a rentas generales".
Al respecto mencionó que "este año el fondo municipal de obra pública tiene asignado unos 57 millones de pesos. Casi con seguridad, será subejecutado cuando se podrían pavimentar a nivel definitivo 19 cuadras de Rosario. Si todos los años se usara esa plata para este tipo de obras, de a poco se iría saldando esa deuda social que se tiene con los vecinos que no tienen pavimento".
Para Giménez, la clave para encontrarle un financiamiento sustentable al transporte "pasa por pedirle a la provincia que otorgue subsidios para los colectivos urbanos de Rosario".
Giménez y Rosúa destacaron que el transporte público "es el medio de movilidad que más utilizan los trabajadores y estudiantes. Aumentar la tarifa no puede ser una alternativa para paliar el déficit existente entre el costo del sistema y el monto que abonan los usuarios".
"Si existe la necesidad de adoptar recursos —siguieron— que provengan de otros gastos que muchas veces se utilizan innecesariamente o sin visión estratégica y no de aquellos destinados a obras públicas que son los que permiten equiparar el nivel de vida de los barrios más postergados".
Para los ediles que empezaron a trabajar determinados temas en conjunto pese a sus diferentes pertenencias partidarias, con su decisión, Fein "sólo genera un parche en el problema del costo del boleto y sigue sin proponer las alternativas para engrosar el Fondo Compensador del Transporte. Una mala decisión por donde se la mire".
En ese marco, los concejales opositores plantearon que "la obra pública en los barrios no puede ser variable de ajuste". Y lo fundamentaron señalando: "Se habla de que en Rosario conviven dos ciudades diferentes, una en crecimiento, integrada y desarrollada; y otra postergada, marginada, privada de las obras básicas para que sus habitantes tengan un nivel de vida digno".
"Esto también significa —continuaron— reordenar prioridades, y el plan de obras para los barrios periféricos de la ciudad debe ser intocable. Nunca puede ser una variable de ajuste para resolver problemas financieros que genera el déficit de la propia administración del municipio".