Las dos escuelas públicas de la zona suroeste que esta semana suspendieron sus actividades; una tras una denuncia de abuso de un niño y la otra por los sucesivos robos, volvieron ayer a dictar clases.
De todos modos, desde el Ministerio de Educación provincial resaltaron que continuarán monitoreando de cerca las problemáticas denunciadas por las dos comunidades educativas: la escuela Nº 1.318 (Saavedra al 6100) y la Nº 660 (Biedma al 5200). Así lo aseguró ayer la delegada local de la cartera educativa, Marta Díaz, al ser consultada sobre la situación de ambas instituciones.
El reinicio de las clases se produjo después que el Ministerio de Educación provincial intervino el lunes la escuela Nº 1.318. La decisión llegó después de que la mamá de un nene de primer grado denunciara que su hijo fue abusado sexualmente en el baño del colegio por ocho alumnos de 13 años. Y apuntó a superar la crisis abierta en la comunidad educativa tras la acusación de la mujer.
En paralelo, la jueza que investiga el caso aún espera recibir los informes de la revisación médica realizada en el Centro de Asistencia a la Víctima.
Autoridades de la Regional VI de Educación, integrantes de los equipos socioeducativos y la jueza de Menores, Dolores Aguirre Guarrochena, mantuvieron una reunión el lunes con los padres de los alumnos. En la escuela, unos 700 chicos cursan desde el primero al séptimo grado.
Al respecto, la conductora de Amsafé Santa Fe, Sonia Alesso, señaló que “el interés de todos es que haya claridad sobre estos temas. La cuestión es que si hay sectores que creen que Amsafé va a estar en un tema de amarillismo sobre una noticia dolorosa, con nosotros no van a contar, porque la protección de los niños, de la víctima o de la comunidad es una responsabilidad de todos”.
La dirigente gremial sostuvo que “la violencia social se ve en la cancha, en el barrio y la escuela no es una isla”, y que “esa violencia que está socialmente instalada se traslada a la escuela, con mucho dolor de nuestra parte, porque somos maestros y nos preocupan nuestros alumnos y chicos”. Agregó que este tipo de casos “también afectan a la comunidad educativa, maestros, profesores, directivos y padres”.
La seguridad, bajo la lupa. Respecto a la escuela Nº 660, Díaz explicó que funcionarios del área de supervisión estuvieron ayer reunidos con directivos y docentes del establecimiento para volver a analizar las denuncias y pedidos de seguridad para la comunidad educativa durante el horario escolar.
En lo inmediato, las cuatro instituciones que funcionan allí volvieron ayer a dar clases. Son la escuela Nº 660 Francisco Laprida, el Jardín 249 Héroes de Malvinas y por la noche una Eempa y un centro de capacitación. La mayoría del millar de chicos que concurre allí son de condiciones humildes.
Los docentes y padres vienen denunciando una sucesión de hechos delictivos en pleno horario de clases en los últimos días que colmaron la paciencia. El jueves de la semana pasada robaron a una docente de gimnasia del jardín de infantes en el patio de la escuela —que da a calle Deliot— y el lunes a otra reemplazante, a la que le extrajeron la batería del auto, hechos que terminaron de apuntalar la bronca en la comunidad educativa.
Bajo la lupa volvieron a quedar los controles policiales en la zona. Docentes y padres señalaron que continuarán con los pedidos para mejorar la seguridad en torno a la escuela de Biedma al 5200.