Las antiguas letras de la fábrica de Café Onkel, lo mismo que otros elementos decorativos del emblemático inmueble de San Juan al 2700, serán donadas al Museo de la Ciudad. Así lo acordaron los desarrolladores del edificio que se construirá sobre el terreno de la antigua nave industrial, cuando obtuvieron el permiso de demolición de las estructuras fabriles.
Los vecinos de la zona reclaman que los galpones de estilo art decó sean declarados patrimonio histórico de la ciudad, en un intento de salvarlos de la picota. La fábrica de café se inauguró en el barrio en la década del 30 y si bien últimamente el edificio funcionaba como estacionamiento, aún mantenía su fachada y la enorme chimenea que hasta entrados los 70 inundaba a todo el barrio del aroma dulzón de la molienda.
Durante muchos años, la industria estuvo íntimamente ligada a la historia de la ciudad. El mítico Club Onkel, de barrio Las Delicias, lleva su nombre porque la empresa fue la que donó las primeras camisetas cuando se fundó la entidad, por la década del 50.
Sin embargo, hace unos meses el estacionamiento cerró y la cuadra de San Juan al 2700 se llenó de máquinas y grúas.
De acuerdo al permiso que se tramitó en la comisión de Planeamiento del municipio, en el lugar se construirá un edificio de once pisos, la máxima altura permitida por el actual código de edificación para la zona.
En el mercado inmobiliario ya es están comercializando los departamentos de uno y dos dormidores que prometen amplios balcones, parrilla, cocheras, espacio de juegos para niños, solarium, quincho y pileta.
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Fuera de catálogo
Los galpones fabriles no forman parte del catálogo de edificios a preservar de la ciudad. Por lo tanto, explicaron fuentes del municipio, cuando hace ocho meses los herederos de los dueños de la fábrica iniciaron los trámites para la aprobación del nuevo desarrollo inmobiliario no encontraron obstáculos.
"La obra tiene permiso de demolición, está habilitada desde principios de año porque el inmueble no está catalogado ni cuenta con ningún tipo de protección", detallaron.
Aun así, indicaron las mismas fuentes, se acordó con el arquitecto que lleva adelante el proyecto que las características letras de la década del 30 que coronan las fachadas de la fábrica serán preservadas. Una de las entradas del edificio, la que correspondía a la planta de elaboración, llevaba el nombre de la empresa, Café Onkel, mientras que el ingreso a las oficinas administrativas lucía el nombre de Gregorio Bustinza, presidente de la compañía.
Las letras, de mampostería, con una prolija tipografía de letras mayúsculas, serán donadas al Museo de la Ciudad.
No será lo único que se resguardará del pasado de la fábrica: el proyecto inmobiliario comprende un espacio público que se denominará plaza Onkel y estará intervenido por muralistas que plasmarán la historia de la fábrica y el barrio.
La chimenea no correrá la misma suerte. En algún momento se pensó mantenerla, "pero era de mampostería y corría un riesgo estructural, estaba muy dañada, por eso se definió su demolición", indicaron.
Vecinos atentos
El pedido de los vecinos para preservar el lugar llegó a mediados de año al Concejo Municipal. En junio pasado, la concejala del bloque Iniciativa Popular, Fernanda Gigliani, presentó un pedido al Ejecutivo a través del que reclamó que se remitiera el dictamen de la comisión evaluadora de Preservación del Patrimonio que permitía su demolición, un requisito establecido por ordenanza en 1984 para todas las construcciones anteriores a 1953 que estén catalogadas o no como de valor patrimonial.
La iniciativa fue aprobada en el recinto de sesiones el 24 de junio, pero según destacó la concejala el municipio nunca respondió al pedido de información y la obra siguió su curso.
Actualmente su frente está completamente cercado y hace unas semanas comenzó la demolición de la chimenea.
En la red social Facebook, vecinos armaron un grupo para pedir que el edificio sea declarado de valor patrimonial. "La destrucción de bienes que hacen al patrimonio histórico, arquitectónico e identitario de los barrios está causando daños irreparables", advierten los comentarios a fotos y videos que registran la transformación del lugar, otro más que se convertirá en una pieza de museo.