El Servicio de Reproducción Humana del Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria fue sorpresivamente disuelto. “Acordamos la suspensión del área”, se indicó en un comunicado firmado por la directora del centro asistencial, Ena Richiger, cuya destinataria fue Adriana Brufman, la titular del sector que era el único público en el país dedicado a tratar cuestiones de infertilidad.
La misma nota indicó que en el hospital “no se puede responder a los espacios físicos necesarios para su desempeño”, en referencia al servicio que venía funcionando desde 2004. Sin embargo, el inicio de los problemas con este ámbito dependiente de la Facultad de Ciencias Bioquímicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) fue el pasado 3 de marzo cuando, según denunció, Brufman se produjo un desalojo también sorpresivo. “Ese día me encontré con que todos los elementos del consultorio fueron colocados en la sala del laboratorio”, dijo la especialista, quien agregó que el sitio restante se convirtió en un “depósito de basura” (ver aparte).
En efecto, el área contaba con dos ambientes en el primer piso del Eva Perón. Cada uno estaba perfectamente delimitado en cuanto a su función. “Los escritorios, las sillas y una computadora, además de otros materiales y muebles, fueron encimados con los elementos de estudio y convivían, por ejemplo, con la seminoteca con sueros infectados y células vivas en cultivo”, añadió la médica antes de decir que, a partir de quedarse sin un espacio, ya no podía atender a los pacientes. El argumento no era alocado: “Quienes llegan a este servicio necesitan un consultorio donde se les brinde contención y, fundamentalmente, privacidad”, comentó.
Por eso, Brufman tuvo que ocuparse de enviar notas a las parejas que estaban concurriendo al hospital e hizo lo propio con el ministro de Salud de la provincia, Miguel Cappiello, y la decana de Bioquímicas, Claudia Balagué, quien desde hace algunos días ya no ocupa ese cargo tras las elecciones en la UNR.
Sin embargo, no hubo respuestas. Y desde el hospital sólo accedieron a ofrecer consultorios y aulas separados del laboratorio, lo que para Brufman perjudicaría a los pacientes y a la calidad de la atención al “desorganizarse” un proyecto
complejo.
En el Servicio de Reproducción Humana distintas parejas consultan cómo poder procrear luego de someterse infructuosamente a costosos tratamientos de alta complejidad. La intención del área es lograr la concepción de la forma más fisiológica posible. “Si no se da la fertilización en forma natural, los profesionales pueden elegir el método más adecuado, sin tratamientos engorrosos y costosos que no arriben a buenos resultados”, indicó la investigadora, encargada de recibir personalmente a las parejas con problemas para concebir.
Según contó Brufman, en muchas oportunidades, los pacientes dicen: “Hasta acá llegué”, y deciden el camino de la adopción; desconociendo que, con constancia y siguiendo el tratamiento adecuado, lograrían tener bebés en forma
natural.
El equipo de investigadores del laboratorio de reproducción humana trabajaba desde hace años en la implementación de las técnicas mejoradas para la realización de los estudios previos al diagnóstico de
infertilidad.
El laboratorio contaba con un equipo interdisciplinario y con pasantes de las carreras de Biotecnología y Bioquímica, además de especialistas concurrentes de otras provincias y países. Asimismo, se había convertido en un lugar de referencia. l