Un taxista protagonizó un grave episodio de discriminación contra dos integrantes de la comunidad judía. Primero evitó pararle a un hombre mayor que le hizo señas cuando salía de la sinagoga ubicada en Paraguay al 1100. A pocos metros de allí, levantó a una mujer a la que le expuso una serie de supuestos justificativos sobre el porqué no había subido a ese pasajero.
La pasajera, que también es practicante de esa religión, tuvo que escuchar toda clase de improperios hacia los judíos y cuando, ya muy conmovida por lo que escuchaba, enfrentó al chofer y le pidió que se callara porque ella también era judía. Fue entonces cuando el conductor le pidió que se baje "y vaya caminando".
El incidente se registró el viernes alrededor de las 22, pero trascendió hoy. Gabriel Dobkin, titular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (Daia) de Rosario, dijo a La Capital que la víctima de la agresión fue una docente de 38 años que el viernes a la noche salía de la sala del gremio Luz y Fuerza (Paraguay al 1100) tras participar de una acto de colación.
En el mismo momento, en la sinagoga ubicada justo enfrente del sindicato terminaba una ceremonia. Por lo tanto había gente que salía de los dos edificios. Dobkin manifestó que el taxista que circulaba por Paraguay evitó levantar a un hombre mayor que salía del templo religioso y le había hecho señas.
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"El taxista evadió a esa persona y llegando a la esquina con Mendoza sí le paró a la docente. Esta mujer nos contó que subió al taxi sin advertir la maniobra del chofer y que apenas se inició el viaje, el taxista comenzó a decirle de motus propio porqué no había levantado al pasajero anterior", sostuvo Dobkin.
El conductor manifestó que no le había parado al hombre "por ser judío y que seguro había salido de la mezquita de calle Paraguay", contó Dobkin remarcando la confusión o error del chofer al situar a la víctima en un templo de la religión musulmana y no judía.
Lo cierto es que los comentarios discriminatorios y ofensivos del taxista hacia los practicantes del judaísmo siguieron con el automóvil ya en marcha y avanzando por calle Mendoza. "Llegó el momento en el que la mujer, muy afectada por lo que escuchaba, le pidió al chofer que dejara de decir esas barbaridades, porque ella también era judía. Fue entonces que le pidió que detuviera la marcha, y el chofer le respondió: 'baje y camine'", sostuvo Dobkin.
Tras el desagradable episodio, la docente se acercó a la Daia local e hizo la denuncia. "Lo positivo de todo esto -dijo Dobkin- fue que tanto la Municipalidad de Rosario como el Sindicato de Peones de Taxis y Catiltar se pusieron a disposición nuestra y repudiaron con contundencia este hecho porque no corresponde con los valores democráticos".
"La Daia y los taxistas estamos trabajando en conjunto para dejar en claro que en esta sociedad estas actitudes de odio no las podemos dejar pasar por alto", agregó Dobkin. El dirigente contó que hoy habrá una reunión con funcionarios de la Municipalidad para ver si se puede avanzar en identificar al taxista agresor. "Una persona que tiene este tipo de pensamiento no sólo ataca a una comunidad específica, sino a cualquiera que sea distinto o pertenezca a un grupo minoritario", destacó.