Nutricionistas de los hospitales públicos pidieron al Ministerio de Salud provincial que se mejore la calidad de las raciones de comida que se sirve a los pacientes. De acuerdo a una nota que entregaron a las autoridades de la cartera sanitaria, los profesionales reciben quejas por los cortes de carne, por su forma de cocción (“sabor y aspecto de hervida y recalentada”) y la falta de alternativas para las personas que necesitan una dieta especial, entre otros puntos.
La provisión de alimentos para los hospitales representa una de las mayores erogaciones del presupuesto de Salud. Por poner un ejemplo, sólo en el hospital Centenario se distribuyen cerca de 11 mil raciones por mes.
Entre los 7 hospitales públicos provinciales de la ciudad se distribuyen unos 43 mil platos. Al momento de la adjudicación del servicio, en agosto de 2013, por cada uno se pagaban 93 pesos, un 20% más que en la ciudad de Santa Fe. Actualmente, el precio de cada ración ronda los 120 pesos.
Sin embargo, la calidad de la comida “no es buena” o “no es la mejor”, según advirtieron médicos y nutricionistas de varios centros de salud consultados por La Capital.
El mes pasado, los encargados del servicio de alimentación de los hospitales se reunieron varias veces para sugerir algunos cambios en el servicio. De acuerdo a una nota fechada el 26 de agosto, entre otros puntos, se señaló que se registran “gran cantidad de quejas por los cortes de carne que se utilizan”.
Además se cuestiona la forma de cocción. “Se debe mejorar el método de cocción al horno tanto en el sabor como en el tiempo de cocción para cada preparación”, señala el escrito y pone como ejemplo que las berenjenas se presentan muy cocidas, las zanahorias crudas y la carne “tiene sabor y aspecto de hervida y recalentada”. Además se pide incorporar preparaciones “simples” como ensaladas de verduras, de frutas, jugos exprimidos, sopas o licuados y se cuestionan los menúes que se entregan para las fiestas.
Los profesionales aseguran que los mayores inconvenientes se registran en los hospitales de crónicos, como el Geriátrico Provincial o la Colonia Psiquiátrica de Oliveros. “Son raciones pensadas para personas que están un tiempo internadas y después se van. No contemplan que hay quienes la comen todos los días, es comida recalentada que no gusta, no es sabrosa y hay alimentos que se repiten con frecuencia, como el pollo. Además tampoco se considera que muchas personas tienen problemas de dentición, la carne es dura, ningún menú tiene carne picada y se complica así incorporar proteínas”, advirtió un nutricionista.
Para otro profesional el principal problema es que los menúes “no contemplan los hábitos alimentarios y culturales” de los comensales. “Nos cansamos de escuchar cómo me comería unas pastas, un guiso, un puchero. Y son personas que no tienen limitaciones de salud para consumir esas preparaciones”, apuntó.
En el Geriátrico, quienes pueden afrontarlo recurren al delivery. También pasan con frecuencia por las granjitas que están cercanas al hospital y les preparan la comida. Los médicos no acuerdan con esa licencia, pero tampoco pueden oponerse.
Ni voz ni voto. “Desde que se tercerizó el servicio, la calidad de la comida nunca fue buena. Sin embargo se tomó esta medida para reducir el gasto”, señaló Viviana Figueroa, miembro de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE).
Con varios años de enfermera en el Hospital Geriátrico provincial, Figueroa advirtió que “muchas veces los abuelos ni quieren probar la comida” y si bien “los nutricionistas y los directores de los hospitales han reclamado por esto, no tienen ni voz ni voto porque el tema se maneja desde el ministerio”, señaló.
Los menúes respetan las normativas de los pliegos de licitación del servicio. Las raciones llegan a los centros de salud cada tres días, en bolsas selladas con un sistema de atmósfera modificada. En las cocinas de los hospitales se calientan las porciones de alimentos cocidos. Los nutricionistas apuntan que “todo se elabora diez días antes de que se reparta, es decir que lo que se come tiene más de una semana de cocido”.
La firma Catering Gourmet SRL es la proveedora del servicio en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros, el Hospital Geriátrico Provincial y los centros de salud Agudo Avila, Centenario, Eva Perón y de Niños Zona Norte.
Cuando se adjudicó la contratación del “racionamiento en cocido” para los hospitales públicos provinciales, en agosto de 2013, el Ministerio de Salud de la provincia aceptó pagar por cada ración de alimentos 93 pesos. A ese valor, por año se pagan, 49 millones de pesos por los menúes que se distribuyen en los hospitales rosarinos.
En la misma licitación, la provisión de alimentos para los siete hospitales de la capital provincial se adjudicó a otra empresa, Aliar SA. Lo curioso es que con un menor número de raciones (casi 600 menos por mes), la empresa cotizó 74 pesos por ración, 19 pesos menos que la firma rosarina.
A mediados del año pasado se actualizaron estos valores. Actualmente, en Rosario se paga alrededor de 120 pesos por cada ración.
Según se lee en el informe de preadjudicación del servicio, las ofertas representaron las de menor costo en cada una de las ciudades y se ajustaban “a lo solicitado a un precio razonable”.
En el mismo documento se destaca que el monto total de la gestión anual alcanza a 80 millones de pesos y se resalta que la tercerización del servicio significaría un ahorro anual para la provincia de 30 millones, en relación a los importes que abonaban en ese momento los hospitales provinciales.