Los vecinos de barrio Cristalería, en el extremo norte de la ciudad, hace más de tres meses que están aislados porque las líneas 102 y 107 del transporte público de pasajeros modificaron sus recorridos sin aviso previo, aparentemente por la gran cantidad de pozos y baches que hay en las calles Calderón y Santillán, y Forteza y Calderón, problemática que lleva más de tres años y sumó múltiples reclamos vecinales. Algunas personas tiene que caminar más de ocho cuadras para esperar un colectivo y son blanco frecuente de arrebatadores.
Así, el tradicional barrio de la zona norte acarrea una problemática que la lleva más de tres años sin una solución de fondo. En varias arterias se presentan pozos de grandes dimensiones que, además del riesgo para automovilistas, motociclistas y peatones, ahora se suma que por ese motivo aparente, no ingresan los colectivos.
Como desde hace meses ninguna autoridad municipal o provincial les da respuesta, un grupo de vecinos decidió visibilizar la situación. Y esta semana se manifestó con pancartas y realizó una suerte de peregrinaron por donde están los baches que vuelven intransitables las calles del barrio y alejan a los colectivos.
Los pozos son verdaderas trampas mortales, que en algunos casos están riesgosamente disimuladas por la acumulación de agua, como en Calderón y Santillán, justo en la entrada a la escuela Gesta de Mayo, y en Forteza y Calderón.
Y sin una comunicación oficial, ni de la empresa ni del Ente de la Movilidad, desde noviembre de 2021 se encontraron que las líneas 102 y 107 rojos modificaron su recorrido. La 102 roja, que desde Salvat debe entrar por Calderón, ahora sigue derecho por la avenida Villa del Parque. El 107 negro entraba por Santillán hasta Calderón, pero también decidió seguir por Villa del Parque.
“La gente tiene que caminar de dos a ocho cuadras hasta Villa del Parque, con todo lo que eso implica”, razona Sandra Macera, de la vecinal Francisco Lai, mientras mira los pozos frente a la escuela y enumera otros en Forteza y Calderón, y Calderón y Levi. Y advierte que el problema se va a potenciar cuando empiecen las clases y por el movimiento de la escuela Gesta de Mayo, que tiene matrícula de primaria y para adultos por la noche.
Pozos que desnudan más problemas
Es una cadena que sufren los barrios de la periferia rosarina. La desidia de no reparar un pozo modifica el recorrido del colectivo, y eso se hilvana con la angustiante exposición a la inseguridad. “No nos olvidemos de los vecinos del Parque Habitacional Ybarlucea, hacia el oeste, que tienen más recorrido a pie y en horarios donde es peligroso andar en la calle por arrebatos y robos”, graficó la vecinalista.
Un hombre parado frente a un supermercado chino parecía resignado. Indicó que según justificaron algunas voces, no reparan los pozos porque “en marzo arrancaría la obra de cloacas”, infraestructura postergada hace más de 30 años.
“Es increíble, estos pozos están desde antes de la pandemia. Acá todo es político, parece que si no quemás cubiertas y cortas la calle, no se calientan. Pero este es un barrio de gente tranquila que hace los reclamos como corresponde y no te dan bolilla”, describió.
Sandra explica que uno de los grandes problemas que padece el barrio, entre los que enumera la basura, tiene que ver con la acumulación de agua en las alcantarillas. “Las cloacas del barrio Fontanarrosa están mal hechas, eso lo sabemos con certeza, y explotan. Y los desagües pluviales rebalsan”.
La mujer enumera los reclamos y gestiones administrativas que se hacen desde la vecinal, pero que terminan en una maraña burocrática. “Nos sentimos abandonados. Llamamos a Rosario Responde, elevamos reclamos al Distrito Norte Villa Hortensia, a Aguas Santafesinas SA, pero nada. Ni siquiera el Ente de la Movilidad avisó de los cambios de recorridos de colectivos".
Las adyacencias de Cristalería, que está a la vera del inicio de la ruta 34, experimentaron un crecimiento demográfico que desbordó los servicios. Se sumo principalmente el barrio Roberto Fontanarrosa, pero también están el Celedonio Escalada, el Parque Habitacional Ybarlucea, Alianza y Los Pinos.
Sin cloacas, a 20 minutos del centro
En la vecinal Francisco, de Cristalería, sienten que las sucesivas gestiones municipales y provinciales no abordaron los problemas estructurales durante varias décadas, como se nota en otros barrios de la ciudad.
“No hay cloacas, y ahora se suma esto del transporte, que además de no tener frecuencias, cambian el recorrido por un pozo. La policía anda poco y nada, un patrullero a la mañana y no mucho más. Hace años que solicitamos los contenedores del plan separe, para gestionar residuos y hasta propusimos que pasen una vez por semana, pero tampoco se atiende”, enumeraron los vecinalistas.