Hasta el año pasado, el oxímetro, sensor de oxígeno o saturómetro portátil, era de uso casi exclusivo de neumonólogos, cardiólogos, clínicos, kinesiólogos o enfermeros. Pero la pandemia de Covid generó que muchas personas los compren para uso hogareño. Tantas, que hoy en las farmacias de la ciudad aseguran que los venden de forma habitual. Hasta comienzos de 2020, la mayoría no lo tenía en stock pero la demanda empujó y desde hace algunos meses se exhiben junto a los medicamentos de venta libre o se cuelgan carteles en las puertas y vidrieras: hay oxímetros de pulso. Y en días de Hot Sale es uno de los artículos más vendidos en la Argentina.
Sin embargo, aún existen dudas sobre la utilidad de este instrumento o si realmente puede ser importante para personas que están transitando la enfermedad por coronavirus. La Capital habló con el neumonólogo del Hospital Español Daniel Buljubasich, ex presidente de la Sociedad Argentina de Medicina Respiratoria, quien explicó que el oxímetro es “un aparato para medir el nivel de saturación de oxígeno en sangre que tiene una persona. Es una muestra muy fehaciente del nivel de oxígeno en sangre”, destacó. Sin embargo, consideró que tener un saturómetro en el hogar “no es necesario”.
Los oxímetros no sólo se ofrecen en farmacias. También pueden encontrarse en comercios que venden artículos importados o tecnología y que nada tienen que ver con el rubro salud, cuando históricamente los que vendían los saturómetros eran aquellos especializados en aparatología o insumos médicos.
Los precios van desde los 2 mil a los 8 mil pesos (en las farmacias rosarinas el promedio es de 4 mil pesos), pero pueden costar hasta 25 mil. Eso depende de la marca: hay algunas con amplia trayectoria en el rubro y otras que salieron a la cancha empujadas por la oportunidad. Y éste no es un dato menor a la hora de adquirirlo, advierten los médicos.
La mayoría de estos aparatos tiene como dato adicional la frecuencia cardíaca. Los oxímetros han sido utilizados por décadas en el ámbito de la neumonología y otras especialidades, pero siempre por personal autorizado, hasta que en el último año llegó el consumo masivo. “Su utilización es sencilla, pero requiere de un mínimo conocimiento de la técnica”, adelantó Buljubasich.
No son necesarios
El médico consideró que tener un saturómetro en el hogar “no es necesario”. Y en casos de pacientes a quienes se ha diagnosticado Covid, el aparatito puede ser eficaz siempre y cuando la información obtenida sea compartida con el médico tratante.
Lo “normal” es que un individuo sin patologías respiratorias previas tenga “una saturación de alrededor de 98%”, puntualizó el neumonólogo.
Sin embargo, una baja de pocos puntos ya es una señal de alerta. “Si un paciente con diagnóstico de Covid tiene un oxímetro, se mide, y satura 98, 97 durante el día y a la noche baja a 96 y al día siguiente a 95, debe informarlo de inmediato”, comentó. “Una baja a 90% ya es una gran llamada de atención. Esa persona precisa apoyo de oxígeno externo”, sostuvo.
Con el coronavirus se da una situación bastante particular. Es lo que se denomina “hipoxemia silente” o “hipoxemia feliz”. Eso sucede cuando alguien está cursando la enfermedad, no tiene síntomas importantes como tos o disnea (dificultad para respirar), no se agita, y sin embargo ya está saturando poco. “De allí que hay casos de personas que estaban aparentemente bien y terminan siendo internados a las pocas horas”, confirmó Buljubasich.
En estas situaciones el oxímetro podría ser de ayuda. Otro punto a destacar es la medición en reposo o en movimiento. “Si uno se mide acostado quizá satura 97%, pero si esa misma persona camina diez pasos para un lado y diez pasos para el otro, y vuelve a medirse, puede ver que bajó el nivel de oxígeno en sangre y debería comunicarlo a su médico”.
Cuidado con las uñas
Uno de los errores comunes a la hora de usar el saturómetro en forma casera es medirse con las manos muy frías, lo que puede dar valores inadecuados.
El oxímetro tiene una ranura (se abre presionando una de las puntas) y allí se coloca el dedo. Por otra parte, “si se trata de alguien que se pinta las uñas con esmaltes más resistentes o usa las llamadas semipermanentes, el dato que ofrecerá el oxímetro no será preciso. La medición correcta es sin tener las uñas pintadas”, dijo Buljubasich.
El profesional no deja de sorprenderse por el interés que genera en la gente tener uno de esos instrumentos para uso personal o familiar. “Hace unos días me llamó un paciente que tenía Covid, me dejó un audio para preguntarme si era conveniente comprarse uno. Cuando le respondí, al rato, me dijo que ya lo había encargado y se lo llevaban a la casa”, comentó a modo de ejemplo.
Respecto de la enorme oferta que existe en el mercado, el especialista dijo que los de menor precio suelen ser de menor calidad. “Hoy hay tantas marcas que se ofrecen que si uno lo va a comprar es bueno asesorarse o elegir aquellos producidos por empresas que tienen respaldo por su recorrido en la venta de estos artículos. Hay instrumentos que son poco confiables en cuanto a la sensibilidad de la medición”. Buljubasich remarcó la importancia de que cualquier dato que arroje el saturómetro en un paciente que cursa un Covid “sea compartido con el médico”.
Desde el Colegio de Farmacéuticos de Rosario comentaron que las personas que consultan por un oxímetro “saben para qué sirve, al menos tienen idea de que el nivel de oxígeno es uno de los parámetros que tienen que tener en cuenta en la evolución de casos de Covid. Se los llevan por tranquilidad”, indicaron.
Agregaron que “no lo buscan por indicación médica sino porque escucharon sobre su existencia” e incluso algunas personas “van a la farmacia a corroborar cuál es su utilidad y si tiene sentido comprarlo”.Y recalcaron que antes de la pandemia, en las farmacias “no solíamos tenerlo a la venta”.