Las 66 camas de internación y guardia del Hospital Carrasco llevan dos semanas ocupadas por pacientes que tienen coronavirus y, si alguna se libera, se vuelve a ocupar en horas. Todas requieren oxígeno para los pacientes, lo que no significa asistencia mecánica respiratoria. A raíz de esto, desde marzo el oxígeno pasó a ser un insumo imprescindible y su utilización se disparó en forma sideral. Tanto, que el tanque de 3.400 kilos que en marzo se recargaba una vez al mes, desde hace semanas requiere de una recarga cada 48 horas para garantizar la asistencia a todos los pacientes. Es más, las cañerías que llevan ese insumo hasta las camas debieron renovarse y ampliarse para dar respuesta a la alta demanda, las 24 horas, siete días a la semana. Ahora ya prevén cambiar el tanque central por uno con capacidad para 6.500 kilos.
Los responsables de montar toda la arquitectura e ingeniería en los efectores de salud desde el inicio de la pandemia son los integrantes de la Dirección de Ingeniería y Arquitectura Hospitalaria. Alejandro Bianchi, al frente de un equipo de unos 50 técnicos, asegura que el dato de consumo de oxígeno del Carrasco es quizá “el que muestra más claramente” la presión a la que está sometido por estos días todo el sistema de salud.
El Carrasco fue desde el día uno determinado como efector Covid. Hoy, además de todas las camas de segundo nivel de complejidad ocupadas, da respuesta a unas 300 consultas diarias de personas con cuadros compatibles con coronavirus.
Tiene 60 camas de internación y otras seis en la guardia. Bianchi señala que todas cuentan con sistema de oxígeno para los pacientes, una asistencia que se brinda a través de mascarillas o de las llamadas “bigoteras”, que se requieren en todos los cuadros de coronavirus y que es diferente de la asistencia mecánica respiratoria que se requiere ya en un tercer nivel de complejidad. Esta última se utiliza en las unidades de terapia intensiva.
Cada 48 horas
El tanque de oxígeno del hospital tiene una capacidad de 3.400 kilos. “Para un mejor rendimiento se carga en forma de oxígeno líquido en un tanque criogénico, y luego pasa por un intercambiador que lo convierte en gaseoso y lo lleva a través de cañerías de cobre a cada una de las camas de las áreas de guardia e internación”, detalló el arquitecto.
La demanda habitual prepandemia de oxígeno del hospital requería una recarga mensual de ese tanque; sin embargo, hace varias semanas que el consumo constante de 24 horas durante los siete días con todas las camas ocupadas multiplicó esa necesidad a una recarga cada 48 horas.
A ese dato, Bianchi suma otro: el ensanchamiento de las cañerías que distribuyen el oxígeno ya gaseoso en las salas de internación. “Existía una cañería desde hace 30 años que venía funcionando perfectamente, pero que tuvimos que reemplazar por un caño de mayor diámetro”, detalló.
La explicación técnica es que “la demanda hacía que bajara la presión. Con este cambio, se mejora el caudal que llega a las camas”.
“Es como una casa: si tenés una red de agua con todas las canillas abiertas todo el tiempo, baja la presión y necesitás una cañería más amplia para tener más caudal y así mejorar la presión en todas las bocas de salida”, graficó.
Es por eso que conjuntamente con la empresa proveedora ya están recorriendo el camino para instalar un tanque que duplique en capacidad al actual y llegue a los 6.500 kilos de oxígeno.
En el Roque Sáenz Peña
El mismo trabajo de recambio de la cañería que se hizo en el Hospital Carrasco se realizará en el Roque Sáenz Peña.
“Es un efector que por ahora no está determinado como Covid, pero así y todo lo estamos previendo, porque no sabemos cuánto eso se podrá sostener con el nivel de demanda actual. Con esa obra evitamos que se produzca la caída de presión cuando la demanda de oxígeno esté a tope”, señaló el director de Ingeniería y Arquitectura Hospitalaria, Alejandro Bianchi.
También se prevén cambios en la planta baja del Hospital Alberdi, con toda una nueva disposición de los espacios para las áreas Covid, provistas de oxígeno tanto en la internación como en los consultorios febriles, y la reorganización de las zonas limpias de las áreas Covid.