Por Claudio González
Un joven rosarino estudiante de la UNR fue condenado a tres años de prisión condicional como autor de más de 30 hechos de tenencia simple y facilitamiento de material pornográfico infantil, en algunos de los casos en concurso real con "fines inequívocos de distribución". El acusado había sido detenido e imputado tras una investigación por pedofilia que se inició en un juzgado de Faltas de Buenos Aires, y fue girada al Ministerio Público de la Acusación (MPA) de Rosario.
A mediados de agosto, un joven de 26 años llegó al Centro de Justicia Penal (CJP) de Virasoro y Mitre en libertad convocado en el marco de una audiencia imputativa y sospechado de manipular, desde su computadora personal, material pornográfico infantil.
La investigación del caso, que se da cada vez con más frecuencia y tiene como víctimas a niños y adolescentes, quedó a cargo de la fiscal de la unidad de Delitos Sexuales, Nora Marull, que reunió elementos suficientes para consolidar la acusación contra el joven, identificado como Martín Korowaj.
Hasta él se llegó a partir una pesquisa que se inició en un juzgado de Faltas y Contravencional de Buenos Aires, a partir de la cual se determinó que el material pornográfico se disparaba desde una computadora de Rosario, cuyo número de IP fue asignado al imputado.
El procedimiento salió a la luz porque el organismo que se encarga de combatir los delitos sexuales contra niños (National Center for Missing and Exploited Children) detectó el contenido sospechoso, logró rastrear e identificar el ordenador que los disparaba y notificó a las autoridades judiciales.
Tras una serie de medidas, Korowaj fue imputado como autor de "distribución de material pornográfico infantil, prostitución infantil, hechos consumados y en concurso real; facilitamiento y distribución de pornografía infantil, 31 hechos en concurso real y consumados; y tenencia de pornografía infantil con fines inequívocos de distribución".
La pesquisa determinó que participaba de un chat con ese temática. Por resguardo y para no exponer a las víctimas, la Fiscalía no dio a conocer las características de los contenidos. El abogado defensor Fausto Yrure no objetó el encuadre legal, aunque se reservó los cuestionamientos para al momento de tratar la medida cautelar.
El juez de trámite, Rafael Coria, dio por formalizada la imputación de los hechos atribuidos y aceptó la calificación jurídico penal. Tras un acuerdo entre la defensa y la Fiscalía, el acusado quedó en libertad como medida alternativa a la prisión preventiva bajo una fianza de 50.000 pesos.
Tras una serie de tratativas, el estudiante aceptó su responsabilidad en los hechos. Durante una audiencia celebrada ayer y de la que participó el fiscal adjunto, Federico Rébora (en suplencia de Marull), el acusado y su abogado, el juez Florentino Malaponte ejerció el control de legalidad de un juicio abreviado, y dictó el fallo condenatorio a tres años de prisión condicional.
Además, durante tres años se le impusieron severas reglas de conducta, como fijar domicilio, abstenerse de concurrir a lugares con presencia de niños, o donde pueda tener contacto personal o virtual en redes sociales con menores (sean familiares o amigos) sin que se encuentren bajo la supervisión de un adulto, bajo su responsabilidad de retirarse del lugar si así ocurriera.
Se lo prohíbe también estar al cuidado de menores de 18 años; deberá abstenerse de consumir estupefacientes y abusar de bebidas alcohólicas, y se lo obliga a someterse a tratamientos psicológicos y psiquiátricos por un tiempo no inferior a un año.
Durante los tres años que dure la condena también tendrá que realizar tareas comunitarias en el refugio Sol de Noche (Marconi 2040) por un total de 1.440 horas, divididas en 9 horas 15 minutos semanales. Y, como reparación económica, el acusado deberá donar leche en polvo a entidades de bien público por un monto de 50.000 pesos. Se deteminó también la expresa prohibición de salir del país sin previo aviso.
Se dejó expresa constancia en el acta de la sentencia que, según el fiscal, la investigación sigue su curso sobre otros hechos de posible relevancia penal.
Durante la condena, deberá realizar tareas comunitarias en Sol de Noche, donar leche y someterse a terapia