La ciudad entrerriana de Concordia, que sufrió la peor inundación en 50 años, comenzó ayer el operativo para el retorno de las más de diez mil personas que fueron evacuadas, mientras Santa Fe mantendrá el alerta por la crecida del río Paraná hasta mediados de febrero. Según el monitoreo del Consejo de Emergencia Social de Concordia (CES) el nivel del río Uruguay tendió a la baja y se mantuvo en los 12 metros, por lo que muchas de las familias damnificadas por las inundaciones empezaron a regresar a sus hogares después de dos semanas en los centros de evacuados. En tanto en Santa Fe, se mantiene el alerta por el anuncio de un nuevo pico que se dará dentro de los próximos diez días.
Las autoridades provinciales entrerrianas advirtieron que el operativo de regreso a los hogares de las personas afectadas puede sufrir cambios, dado que está condicionado a la “ocurrencia de precipitaciones mayores a las previstas en los próximos días”. El plan de retorno a los hogares incluyó la distribución por parte de las autoridades de kits de limpieza y pintura, cuyo contenido recibió críticas de gremios y organizaciones sociales provinciales.
Dirigentes de la sede Concordia de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) denunciaron que “los kits entregado para desinfectar una casa, que estuvo más de diez días inundada, sólo cuenta con dos litros de lavandina, dos desinfectantes, un Lysoform, una palita, y una bolsita de cal”. “¿Lo donado desde diversos puntos de la provincia y el país alcanzó solamente para estos insumos por familia? ¿La organización y la estructura —a nivel municipal, provincial y nacional— funcionan o son sólo para una foto?”, se preguntó el gremio docente en un comunicado.
El descenso del nivel de los ríos Paraná y Uruguay permitió el regreso a sus hogares de familias de otras ciudades de Entre Ríos, que resultó la provincia más afectada por las inundaciones y donde más de 13.500 personas debieron ser evacuadas.
En Santa Fe, donde unas 1.784 personas permanecían ayer evacuadas, el Comité Operativo de Emergencia Hídrica decidió mantener el alerta por la crecida del río Paraná hasta mediados de febrero. La decisión se adoptó tras una reunión del Comité, en el que se evaluó la situación en la provincia y se recibió un informe que confirma que en la provincia “el río Paraná mantendrá niveles altos en enero y la primera quincena de febrero acompañado por lluvias superiores a las normales”.
El ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Pablo Farías, dijo que “la combinación de los altos niveles del río, con las lluvias, traerá aparejado problemas de anegamiento en distintas localidades de la región, lo que nos exige tomar previsiones”.
Respecto a las medidas de prevención, Farías destacó el monitoreo de las zonas comprometidas y trabajo intenso junto a las familias que podrían verse afectadas.
“El Instituto Nacional del Agua nos informó que durante los próximos diez días vamos a tener una segunda crecida, con un río alto, por eso estamos afinando los esquemas de trabajo entre la provincia y los gobierno locales”, sostuvo.
Descenso. El Río Paraná experimentó ayer un leve descenso y su marca es de 6,57 metros, en el puerto de la capital provincial, luego del pico máximo alcanzado el martes de 6,61 metros, de acuerdo a los registros de Prefectura Naval Delegación y la Universidad Nacional del Litoral. En tanto, el río Salado también descendió y llegó a 6,56 metros a la altura de la localidad de Santo Tomé, indicó el Centro de Informaciones Meteorológicas de la Universidad Nacional del Litoral.
Se continúa realizando el monitoreo diario del estado de los terraplenes de defensa en los distintos sectores de la ciudad y también se prosigue con trabajos de bolseo y refuerzo de defensas en zonas críticas.
El gobierno de la ciudad de Santa Fe reiteró ayer que, en total, se encuentran evacuadas en refugios municipales un total de 158 familias (550 personas) y que en cada sector se brinda asistencia social y sanitaria, con atención médica para atender casos especiales. Además, comenzó una programación de actividades culturales, recreativas y deportivas para los más chicos.
Por otra parte, las autoridades continúan brindando asistencia a familias autoevacuadas en distintos lugares de la costa y evalúan la situación de zonas críticas. Continúan clausurados la berma en la Costanera Oeste, el acceso a los espigones I y II, y todas las playas y balnearios de la costa, de manera de impedir el ingreso de personas a la laguna. En todos los lugares, se mantiene la presencia de guardavidas para informar de la situación.
En tanto, se monitorea el comportamiento del río Carcarañá, que en la ciudad homónima se mantiene estacionario, aunque tocando el borde del puente de la ruta 9, que es un punto de referencia para estar alertas.
Desde la Asociación de Bomberos Voluntarios local informaron que hasta ayer a la tarde no había caminos cortados ni evacuados en el barrio Formoseño, que es el más vulnerable cuando hay desbordes hídricos.