Un salón de fiestas infantiles ubicado en pleno centro de la ciudad tuvo que cerrar sus puertas a raíz de una constante ola de robos y vandalismo a la que la sometieron personas que usurparon una pensión contigua. El calvario por el que tuvieron que pasar incluyó hasta el vertido de aguas servidas desde el techo en plena fiesta.
Las persianas bajas del salón "Hasta el Cielo", ubicado en San Martín al 1600, a metros de la turísticamente promocionada avenida Pellegrini, fue el epílogo de una serie de problemas que los dueños del comercio vienen padeciendo desde hace meses.
Esos padecimientos no son exclusivos de ellos, sino también de los vecinos de la zona, que ven cómo prácticamente a diario la policía debe intervenir en una pensión contigua al salón, que a juzgar por todos los testimonios recabados ayer por La Capital, fue usurpada.
Según narró ayer a este diario una ex empleada del lugar, "los dueños decidieron cerrar porque era imposible seguir. En los últimos meses entraron a robar por lo menos cinco veces y el modus operandi era siempre el mismo: entraban por atrás y se llevaban todo", remarcó.
Según consignó, las denuncias se radicaron en la comisaría con jurisdicción en la zona. "La policía venía, tomaba algunos datos y se iba; y a los pocos días volvía a pasar lo mismo", subrayó.
El secretario de Control y Convivencia del municipio, Guillermo Turrin, admitió ayer que "la pensión es conflictiva. Tanto nosotros como la policía estamos al tanto de los problemas de convivencia que hay en el barrio", puntualizó, pero dijo desconocer si la misma estaba usurpada por "okupas".
El funcionario municipal destacó que la pensión había sido inspeccionada (no precisó fechas) y dijo que no se habían detectado irregularidades.
La versión contrasta notablemente con lo que dicen los vecinos y con lo que este diario pudo observar ayer: cables esparcidos en el interior y un notable y deplorable estado de abandono de todo el inmueble.
Calvario
El último sábado de julio, una dotación de Bomberos Zapadores acudió a la conflictiva pensión tras desatarse un principio de incendio. Allí se pudo comprobar que en el interior y en el techo de la propiedad se acumulan maderas, colchones, bicicletas herrumbradas; todos elementos de alta combustión que tienen en alerta a los vecinos.
Unas semanas antes hasta allí había llegado la policía a llevarse a un muchacho. En el lugar, que tiene su entrada por el lateral del salón de fiestas y ocupa toda la planta alta, vive una decena de personas, muchas de las cuales hacen de cuidacoches los fines de semana.
Según narró ayer una ex empleada del salón de fiestas, "desde la pensión tiraban agua, se robaban lo que quedaba en la vereda y en el último mes se habían enganchado de la luz, lo que derivó en una factura impagable para el dueño del salón".
Ayer, en el salón no quedaba prácticamente nada y el temor de los vecinos era que los "okupas" avanzaran sobre el mismo. Todo; a metros de la avenida Pellegrini, que el viernes pasado inauguró su nueva iluminación con la presencia de las más altas autoridades de la ciudad y la provincia. Postales muy distintas a muy pocos metros y en pleno centro de Rosario.