El Programa Nueva Oportunidad en Rosario busca conocer en detalle quiénes son, dónde viven y los orígenes de un grupo de adolescentes y jóvenes, en su mayoría varones, que pasaron por alguno de los institutos penitenciarios de la ciudad y alrededores o centros penales juveniles, y que más de una vez debieron ser asistidos en centros de salud, el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) o en el Roque Sáenz Peña por heridas de armas de fuego o lesiones en hechos violentos. Además de esa radiografía, la idea es construir cuatro espacios específicos en la ciudad para alojarlos.
El programa ya abarca en la ciudad a más de 11 mil jóvenes, cuenta con más de 560 grupos de trabajo y el intendente Pablo Javkin se propuso potenciarlo.
“Se trata de la población más compleja y en situaciones de extrema vulnerabilidad, a la que hay que llegar”, señaló el director del Nueva Oportunidad en el municipio, Luciano Vigoni, y agregó: “El sistema es tan perverso, que en sí mismo supone que terminado el proceso penal y la medida judicial, el pibe está apto para salir, y creemos que lo central es pensar la llegada de esos chicos al afuera”.
Cuántos jóvenes serían incluidos en estos espacios es un número aún en construcción junto con las organizaciones que acompañan el proceso. “Estamos viendo que de los 11 mil que hay en Rosario, tomamos muchos de estos chicos, pero también sabemos que otros aún nos quedan afuera”, aclara Vigoni, que haciendo una estimación cuenta unos mil jóvenes con estas características como cifra provisoria.
El funcionario dejó en claro que se trata de “la población más vulnerable, la que viene del Heca y el Roque Sáenz Peña con heridas de armas de fuego, por ejemplo”, un número nada menor teniendo en cuenta que sólo en 2018 pasaron casi 800 heridos de arma de fuego por los efectores municipales. A eso, sumó “los pospenitenciarios, en el caso de los adultos jóvenes, y la Justicia Penal Juvenil en el caso de los menores, además de derivaciones de las defensorías y las fiscalías, el colectivo trans y la población en situación de calle”.
Además, señaló que si bien el Nueva Oportunidad trabaja con jóvenes a partir de los 15 años, se han atendido casos, con la autorización y mediación de las áreas de Niñez, de chicos de entre 13 y 14 años que llegan a través de los efectores de salud o referenciados por organizaciones.
El programa ya viene trabajando esta dimensión a través de convenios con las organizaciones que trabajan con jóvenes detenidos en Rosario y Piñero, entre las que están Mujeres tras las Rejas, Canción Urgente y Tercer Tiempo, además del área de Extensión de la Facultad de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario (UNR).
“Lo que se intenta es trabajar con todos los pibes que están a un año de cumplir condena. Los tomamos en ese espacio y al salir buscamos que se sumen en alguno de los programas del Nueva Oportunidad”, explica Vigoni.
Sin embargo, aclara que no siempre se puede trabajar de ese modo. “Los tiempos de la Justicia, y más en menores, son complejos. Los procesos no son claros, muchas veces los liberan de un día para otro, muchas veces son liberados y el nivel de conflicto en los territorios de donde vienen no se modificó, tienen dificultades económicas, y a la familia misma le cuesta alojarlo”, señala.
“El sistema en sí mismo es tan perverso, que supone que terminado el proceso penal y la medida judicial, el pibe está apto para salir, pero lo fundamental es poder empezar a pensar en la llegada de esos pibes al afuera”.
Contención
La apuesta en los próximos meses es sumar cuatro espacios específicos en la ciudad para trabajar con estos jóvenes, espacios que los alojen y que no tengan un proceso con principio y fin, sino que acompañen el tránsito individual que cada uno necesite para luego sumar a los espacios más tradicionales que viene trabajando el programa.
Para Vigoni, esta es “una prioridad”. Detalla que no sólo se está trabajando con las organizaciones que ya integran la red, sino además con la Dirección de Juventudes, que tendrá una pata en la iniciativa.
Sin embargo, la idea es trabajar con una mirada más amplia e incluso sumar a las familias y los entornos de los protagonistas.
“El trabajo buscará incorporar a las madres, a los hijos de las madres que están detenidas o con detenciones domiciliarias, de modo de lograr que la población que está en condiciones de mayor complejidad y vulnerabilidad, y su entorno, esté alojada en el programa”, detalla el funcionario.
A largo plazo
Más allá del abordaje que el programa hace de esta población, Vigoni plantea “la necesidad de la acumulación de una política pública que pueda hacer una lectura. Porque los que trabajamos en garantía de derechos en el Estado, en una Argentina violenta, requiere políticas públicas a largo plazo, de acumulación y que no impliquen ser modificadas cada cuatro años porque si no, las lecturas se hacen tarde, como pasa con la violencia que se viene instalando desde 2004 en medio de un proceso de acumulación, cuando nosotros estábamos mirando otra cosa”. Para lograrlo, hay que seguir trabajando junto a la provincia que, por ahora, prorrogó el programa hasta marzo.
Vigoni propone pensar “en lo cualitativo, en un Estado que pueda pensar qué le pasa a esos jóvenes que también en sus contextos se hacen preguntas sobre la existencia y sobre la vida”.
La mirada en la infancia y la juventud
La violencia de género, los consumos —y no sólo de sustancias—, la sexualidad, la salud y los cuidados son las temáticas centrales que reiteradamente aparecen entre los más de 11 mil jóvenes que en Rosario integran los espacios del Nueva Oportunidad, ya sea a través de los tramos de capacitaciones, las unidades productivas y el bachillerato propio que la gestión municipal buscará potenciar a través de nuevas terminalidades. Sin embargo, el eje es sumar el Nueva Oportunidad en el marco del llamado plan de cuidado de infancia y juventud, que el intendente Pablo Javkin impulsa desde el día cero.
“Estas son temáticas reiteradas que si bien se vienen abordando fundamentalmente a través de los centros de salud, la idea es empezar a trabajar con los más de 700 acompañantes una llegada a los jóvenes más profunda, más fina y mucho más territorial, sobre todo a través de la red sanitaria, más ahora que el programa está anclada en la Municipalidad”, señaló el director de Nueva Oportunidad en Rosario, Luciano Vigoni.
Aunque no fueron hasta ahora ejes que estuvieran por fuera del programa, el objetivo es profundizarlo. “Estamos hablando de trabajar a través del primer nivel de salud para abordar cuestiones clave, como son la prevención de enfermedades de transmisión sexual como el sífilis o lograr que un mayor porcentaje de mamás que están en el programa se hagan el control anual ginecológico, y fundamentalmente trabajar los vínculos”.