Aymar y Madame, cerca de un acuerdo tras 8 horas de reunión

Luego de más de ocho horas de reunión en el marco de una audiencia de mediación judicial realizada ayer en Tribunales, la jugadora de hockey Luciana Aymar se aprestaba anoche a arribar a un acuerdo con los dueños de la disco Madame que la habían demandado por destrozos tras los festejos que el plantel de las Leonas realizaron en ese boliche al consagrarse campeonas del mundo, en septiembre pasado.

En principio, trascendió que el acuerdo no implicaría cuestiones económicas sino que dejaría sin efecto las causas judiciales en juego, como la denuncia penal de los demandantes y una medida preparatoria por daño moral de la demandada.

La disputa judicial tuvo origen en una denuncia de los dueños de Madame luego de los festejos que la Leonas realizaron la madrugada del 12 de septiembre en esa disco de Pichincha. Según la denuncia, el plantel completo de la selección nacional de hockey había llegado allí a altas horas de la madrugada para seguir con la fiesta por la obtención del título mundial del torneo disputado en Rosario.

Los bolicheros denunciaron que las jugadoras habían protagonizado una serie de incidentes violentos durante los cuales causaron “daños importantes” en las instalaciones. Sin embargo, las Leonas coincidieron en que la denuncia era infundada, ya que se había tratado de “un festejo sano”.

La demanda, que mencionaba a Aymar y a su compañera Soledad García como las principales promotoras del desorden, concluyó con una mediación judicial citada para ayer a las 16 en Tribunales en la oficina de Mediación del tercer piso. En primer lugar debía concurrir la jugadora rosarina y luego los dueños de la disco se reunirían con ella.

Sin marcas. Con la misma habilidad con la que deja en el camino a sus adversarias en la cancha de hockey, la mejor jugadora del mundo se desmarcó de la prensa ya que ingresó al Palacio de Justicia por la puerta de la alcaidía de calle Montevideo —y no por Balcarce— en un Audi gris y por allí mismo y en el mismo auto salió después de la medianoche.

Justamente a esa hora, cinco abogados por ambas partes y tres mediadores ultimaban los detalles para redondear el acuerdo en un marco de hermetismo que impidió conocer los detalles al respecto.