El municipio salió al cruce de los cuestionamientos de los empresarios gastronómicos por los controles al sector y negó que exista una persecución contra el rubro. Tanto que según el Ejecutivo aumentaron cerca de un 10 por ciento las fiscalizaciones a bares, restaurantes y toda la actividad económica en general y las actas por infracciones se mantuvieron estables. Incluso las faltas graves que derivan en clausuras bajaron en los últimos dos años. "El nivel de cumplimiento de la normativa vigente es alto en todos los comercios y locales habilitados en Rosario", remarcó el secretario de Control y Convivencia Ciudadana, Guillermo Turrin.
El funcionario respondió así las críticas formuladas por la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Rosario (Aehgar) tras la difusión de un informe publicado por La Capital donde se denunciaba que incumplían al menos una decena de ordenanzas a diario.
"En Rosario hay una inflación de ordenanzas y normas, muchas de ellas contradictorias entre sí que son de imposible cumplimiento. Por momentos parece que hay una especie de persecución contra los bares y restaurantes", se quejó Carlos Mellano, vicepresidente de la entidad.
Turrin replicó los dichos de Mellano y hasta ensayó una defensa del sector al remarcar su alto grado de cumplimiento de las normas vigentes en la ciudad.
"De ninguna manera hay alguna persecución contra los bares y restaurantes. Lo que hacemos desde el Ejecutivo es llevar adelante las inspecciones en el marco de las normas que sanciona el Concejo", sostuvo el funcionario.
En declaraciones a La Ocho agregó: "Lo que hay es un arduo trabajo de control no sólo en el sector sino en toda la actividad económica de Rosario como también en la vía pública con los vehículos".
"Hace tiempo —continuó— que venimos trabajando de manera mancomunada con los empresarios del rubro, ya que esta es una actividad muy cíclica que a veces cuesta mantener en pie algunos emprendimientos. Pero los empresarios de la ciudad son muy respetuosos de la normativa vigente".
El titular de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana explicó los agentes que dependen de su repartición lo que hacen es "un desdoblamiento en las inspecciones. En algún momento del día cuando la actividad económica decrece aumentamos las fiscalizaciones y en momentos donde tienen mayor afluencia de público se constata fundamentalmente medidas de seguridad, higiene y salubridad básicas".
En ese sentido, Turrin destacó que la Intendencia viene "detectando un alto grado de cumplimiento de la norma. En 2016 se hicieron 32 mil inspecciones en todos los rubros económicos incluido el gastronómico y en 2017 unas 35 mil. La variación de actas de infracción no ha sido significativa pese al incremento de los controles".
El secretario de Control precisó que el año pasado las áreas de fiscalización labraron unas 10 mil actas de infracción a locales comerciales y de servicios.
"Las actas fueron unas 10 mil pero muchas por faltas menores. No es un número elevado para una ciudad grande con mucha actividad económica como Rosario", indicó.
Turrin planteó además que "incluso bajaron las faltas graves que derivan en clausuras dispuestas por el Tribunal de Faltas, vinculadas con salidas de emergencias, temas de seguridad, cuestiones eléctricas, estructurales".
Según el responsable de la Secretaría de Control, "se nota una recurrencia en infracciones menores relacionadas con renovaciones de trámites administrativos como la libreta sanitaria o el permiso de mesas y sillas pero son menores".
Para el funcionario, "sólo con el poder punitivo del Estado no alcanza para hacer cumplir las normas. Es fundamental el apoyo de los empresarios como pasó con la prohibición de fumar en bares y restaurantes, que se pudo cumplir por el acompañamiento".
cumplidores. Según el municipio, la mayoría de bares y restaurantes rosarinos cumple las normas vigentes.
En 2016 se hicieron 32 mil controles y en 2017 unos 35 mil. Pero las actas por faltas se mantuvieron estables