Las intimidaciones, incluso con exhibición de armas de fuego, y las situaciones
de violencia que se produjeron en las últimas semanas en la guardia del Hospital Roque Sáenz Peña
(Laprida 5381) obligaron a las autoridades a tomar medidas, como la de instalar rejas en la oficina
de admisión para proteger a los empleados. Los hechos provocaron la reacción de las autoridades de
la Asociación Médica de Rosario. El secretario general de la entidad, Dardo Dorato, solicitó una
entrevista con el nuevo secretario de Salud Pública de la Municipalidad, Lelio Mangiaterra, para
plantear su "preocupación" y la necesidad de "tomar medidas de prevención". El funcionario aseguró
que "ya se reforzó la presencia policial e incluso se sumaron horas al servicio que presta la
vigilancia privada" (ver aparte).
El director del hospital, Federico Cornier, admitió que el vidrio blindado que
estaba en la ventanilla de admisión fue "roto de una trompada" y debió "colocarse una reja" para
evitar que el personal quede expuesto. "Se trata de grupos de familiares o amigos de los heridos
que se manifiestan en forma violenta", explicó.
A pesar de los actos que se suceden en el efector, Cornier consideró que "la
violencia que se da en el hospital es la misma que se vive en las calles y son situaciones muy
complejas". Además, indicó que en el hospital "se reciben a diario heridos de armas de fuego o de
armas blancas".
La nueva guardia del Sáenz Peña fue inaugurada en marzo de este año y desde el
traslado del Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca) al nuevo edificio de calle Pellegrini,
las consultas aumentaron un 40 por ciento. Habitualmente se atiende a unas 200 personas por día y,
en crisis como las que desató la gripe A, se llegó a atender por jornada a unas 600 personas. En el
efector trabajan 40 empleados, entre profesionales de la salud, personal administrativo, enfermeros
y mucamas.
Peligro. Durante las últimas semanas los hechos de violencia afectaron, según
indicó Dorato, "la seguridad de todo el personal". El médico aseguró que incluso "hasta hubo
exhibición de armas de fuego y armas blancas en las intimidaciones". Es más, consideró que ante
estas situaciones "peligra no sólo la calidad de las prestaciones de salud sino la propia
integridad física y psicológica de los profesionales".
Si bien reconoció que no es la primera vez que se produce este tipo de
situaciones, Dorato consideró que "en los últimos tiempos se dan cada vez con mayor frecuencia y
violencia, sobre todo en la zona sur".
El gremialista remarcó que en la guardia del Sáenz Peña los hechos violentos se
producen "cuando ingresan heridos de arma de fuego o arma blanca, ya que después llegan grupos de
familiares y amigos que intimidan al personal".
Por eso, planteó la necesidad de una audiencia con el nuevo secretario de Salud
Pública de la Municipalidad, de quien depende este efector. "Vamos a exponer nuestra preocupación y
exigir que se tomen las medidas de prevención que sean necesarias", dijo.
Medidas. Por lo pronto, ya se tomaron algunas medidas. Cornier detalló que ahora
son dos los policías que custodian la guardia (antes era uno) y se agregaron horas de servicio a la
vigilancia privada.
"También hay cámaras de seguridad instaladas en el área de circulación del
personal", señaló el director. Además, dejó en claro que "todo lo que se haga debe ser consensuado
con el personal médico y no médico de la guardia", y agregó: "Lo que tiene que quedar en claro es
que este es un tema complejo y que el Roque Sáenz Peña es un hospital que no podemos convertir ni
en una comisaría ni en una cárcel".