La zona de islas entrerrianas frente a Rosario se convirtieron en un lugar de escape para muchos que no pudieron salir de vacaciones o que disfrutan a pleno de un lugar diferente.
Pero no sólo los paradores, la tranquilidad de las aguas y la posibilidad de hacer una salida diferente concitan la atención de los rosarinos, sino que en los últimos tiempos se sumaron multitudinarias fiestas nocturnas, la mayoría de ellas sin controles.
Hay dos sectores bien definidos: uno es la zona ubicada frente a la Rambla Catalunya, donde los asistentes mayormente cruzan en los taxi lancha o llegan remando y acampan en el lugar, según el relato de varios habitués del lugar.
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Sin embargo, detrás, de esa zona, a las márgenes del riacho Paraná Viejo se ubica otra en la que la movida se presenta muy diferente. Se trata de un lugar adonde cruzan embarcaciones mayormente particulares, con jóvenes que conducen alcoholizados y provocan incidentes.
Estas fiestas están desprovistas de controles, los que están a cargo de Prefectura Naval, inspectores de la ciudad de Victoria y provinciales, en manos de la policía de Entre Ríos.
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