El juez de sentencia Carlos Carbone condenó a dos años y tres meses de prisión a un patovica que le dio un fuerte golpe en la cara a un muchacho y le quebró la mandíbula. El episodio se registró en el boliche bailable Menta, ubicado en Avellaneda y Casilda. La pena, confirmada por la Cámara de Apelaciones, es condicional , por lo que el agresor quedó en libertad.
"Para llegar a una condena tiene que haber certeza y en este caso se dio por las declaraciones testimoniales y porque la versión del acusado no se pudo acreditar, porque él aseguraba que
había sido otro el que lo agredió, negó la autoría del hecho", indicó hoy Carbone, en declaraciones al programa "La que se viene", que se emite por La Ocho.
"El episodio terminó con lesiones graves para la víctima porque terminó con la mandíbula rota", detalló el magistrado, quien expresó su preocupación ante el grado de violencia que se da en las peleas en las discos. "En base a los testigos y el relato de la propia víctima llegamos a una condena, que fue confirmada por la Cámara de Apelaciones", detalló
Carbone señaló que "la mayoría de las veces las cuestiones no pasan a mayores" y añadió: "Uno es consciente que en estos boliches bailables los jóvenes abusan del alcohol, hay trifulcas, hay problemas y se requieren personas que estén serenas a la hora de evitar estas cuestiones y a veces los encargados de seguridad son todo lo contrario".
"Aparentemente hubo una situación de pelea y estos habrían intervenido para sacarlos, hay testigos que son muy gráficos, que cuentan que lo vieron volar por el aire al amigo y otro dice que lo ahorcó y lo dejaron en la vereda, con el resultado que el chico quedó sangrado y con este estado de la salud física perjudicada", relató el juez Carbone.
Asimismo, reflexionó: "En esos ambientes las cosas aparecen tensionadas al máximo, ya sea por los jóvenes, por el alcohol, por las disputas, casualmente ayer veía en televisión que a un chico a la salida de un boliche lo mataron a patadas, que es una cosa de locos".
"Yo estoy muy asustado porque estas situaciones de trifulca terminan con la víctima en el piso inerme y con tres o cuatro personas pegándole en la cabeza, la gente no se muere de milagro,
eso es una tentativa de homicidio", comentó sin poder ocultar su inquietud Carbone y remató: "La sangre se me hiela, no puede haber tal nivel de agresión".