La demanda no superó la oferta y los clubes están cerrando la temporada “derechos” en materia de costos para lo que significó sostener las actividades de verano. “No hubo tanta demanda como la que se pensó que íbamos a tener”, dijo Jeremías Salvo, referente de la Red de Clubes de Rosario, sobre todo apuntando al funcionamiento de las entidades barriales y de menor infraestructura. El escenario, acompañado del sostenimiento de un número bajo de contagios diarios de coronavirus en la ciudad, permite ir flexibilizando actividades y el ingreso de socios, como lo definió por estos días Náutico Avellaneda.
Con protocolos y cuidados aún vigentes en el marco del decreto provincial de distanciamiento social, preventivo y obligatorio, aunque más flexibles que los que regían hasta los primeros días de diciembre, muchos sostuvieron durante el verano sistemas de turnos tanto para las actividades y las piletas, como para el acceso a las instalaciones. Pero eso empezó a modificarse.
Hace apenas tres meses, cuando el verano estaba por delante, la práctica deportiva tenía restricciones. “No se podían realiza actividades con más de diez personas, en muchos casos había que tener turno y estaban prohibidos los deportes de contacto”, recordó el dirigente del club Suderland, de barrio Ludueña.
Y aunque 90 días no es tanto, en tiempos de pandemia de Covid-19, los cambios son vertiginosos. De hecho, de cara a la temporada de pileta y a la mejora del escenario epidemiológico de la ciudad, para mediados del último mes de 2020 eso se había modificado y los deportes y actividades recreativas en los clubes ya estaban más flexibles.
“Muchos clubes, suponiendo que la gente no saldría tanto de vacaciones, pensamos que la demanda en el verano en los clubes, y sobre todo en las piletas, iba a ser muy grande”, dijo Salvo para explicar la decisión de muchas entidades de organizar el ingreso de sus socios con diferentes modalidades.
El Club Náutico Sportivo Avellaneda fue uno de los que se organizó de ese modo, dividiendo a sus socios en celestes y azules, y permitiendo el acceso a las instalaciones en diferentes días de la semana. Sin embargo, a partir del martes, ese cronograma que funcionó en el verano se liberó de lunes a viernes y solo se sostendrá sábados y domingos, es decir en las jornadas de mayor demanda.
Para la Municipalidad, en tanto, “siempre bajo estricto cumplimiento de los protocolos, los clubes pueden definir la cuestión internamente, “de acuerdo a la cantidad de asociados y metros cuadrados de espacio cerrado y abierto que tenga cada uno”, sostuvo la subsecretaria de Deportes, Noel Martino.
“La alta demanda no se terminó dando como imaginamos”, señaló el representante de la Red de Clubes, sobre todo refiriendo a las entidades deportivas que ofrecieron temporada de pileta, pero que no son las entidades de grandes estructuras en la ciudad.
“Se pensaron turnos y espacios con distanciamiento, pero lo que realmente sucedió es que la demanda no fue tan alta ni excesiva y no llegó a superar la oferta”, indicó Salvo.
Como ejemplo puso el escenario de la temporada 2019-2020, previa al coronavirus, cuando los clubes llegaron a vender unos 700 abonos de pileta “en los mejores casos”, dijo. Sin embargo, este verano apenas sacaron a la venta unos 350 abonos y de ese total, se expendieron unos 200, detalló.
“Con ese escenario había capacidad de sobra”, dijo el dirigente y enumeró algunas de las estrategias que las comisiones directivas pusieron en marcha para hacer frente a la temporada, como fueron el pago del uso de pileta por día y el permiso para el ingreso de los no socios.
La realidad es que había que juntar el dinero para hacer frente a los costos de la temporada de verano. Y con eso, lograron salir “derechos”, insistió.
Regularización de deudas
La pérdida de masa societaria e incluso de mora en el pago de las cuotas que los clubes ya venían registrando en la previa a la pandemia y que se profundizó con el cierre de las entidades en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio, comenzó de a poco a revertirse.
Desde la Red de Clubes indicaron que si bien los socios que se dieron de baja ya sea por la crisis previa o por el cierre producto de la pandemia, no volvieron; sí vienen registrando una regularización de las deudas de quienes estaban atrasados en el pago de las cuotas.
“De cara al verano muchos fueron regularizando la situación y pagando los atrasos y ese es un aliciente, aunque aún no hayamos logrado recuperar el cien por ciento de los socios que teníamos a enero de 2020”, consideró Salvo.