Se cumplieron algunos “clásicos” de la dinámica gremial de los docentes santafesinos. El sur y particularmente Rosario expresó su combatividad más radicalizada, mientras que el resto de los departamentos torció la balanza hacia la aceptación “en disconformidad”.
En asamblea provincial y sobre un total de 33.128 votantes, aceptaron 18.222 afiliados, mientras que hubo un rechazo de 14.774.
En números totales, unos 3 mil votos más que en la anterior votación del 16 de septiembre. En aquella oportunidad 30.675 trabajadores de la educación, de los cuales 15.477 optaron por rechazar la propuesta paritaria y 14.854 la aceptaron.
Una primera mirada comparativa sobre la misma propuesta salarial “enriquecida” con el llamado a concurso de cargos y blanqueo de sumas no remunerativas elevó la brecha de la aceptación. En septiembre la diferencia por rechazar lo ofrecido y seguir con el plan de lucha había sido solo de 623 votos. Ayer, en cambio, la diferencia por la aceptación a la oferta fue de 3.448 sufragios.
Es decir que votaron más docentes y se amplió la brecha por el “sí”, pero también se consolidó el voto de rechazo de quienes así se habían pronunciado en septiembre. Unos 700 cambiaron su voto del rechazo a la aceptación, en cambio hubo 3.368 más por aceptar entre una y otra votación. Podría conjeturarse entonces que ante la dilación del conflicto y la concreción de los descuentos los nuevos votantes fueron a parar a la aceptación y que el “núcleo duro” del “no” se mantuvo prácticamente inalterable. Un dato: hay más de 50 mil activos y 32 mil jubilados.
En cada conflicto sindical se desprenden múltiples miradas y lecturas. Algunos ven ganadores y perdedores. Si se observa la “nueva” oferta del gobierno, no se movió un ápice del 77 por ciento de marzo a diciembre. Propuesta que a comienzos de septiembre habían aceptado el sindicato de los docentes privados (Sadop), las escuelas técnicas (Amet) y la Unión Docentes Argentinos. Además, habían acatado los estatales de UPCN y ATE.
Los últimos 6 días de paros desplegados en dos tandas de 72 horas de huelga pusieron en agenda los descuentos, calificados de “extorsivos” y “disciplinadores” por parte de la conducción gremial.
Pero llegó octubre y con los recibos se registraron retracciones de 30 a 40 mil pesos por cada recibo docente, lo que en algunos casos llegó a representar el 50 por ciento de sus haberes, como resultado de los días “caídos” por la huelga.
El gobierno no se bajó de los descuentos por “jornadas no trabajadas”, el gremio dijo acudir a la Justicia para revertirlos, pero se terminaron aceptando los reintegros a partir del 14 de este mes de las sumas descontadas, en el marco de un acuerdo donde se acepta dar clase hasta el 23 de diciembre y una jornada extendida de 25 horas semanales, entre otros ítems.
La aceptación “bajo protesto” es leída por el gobierno como un triunfo, pero que además deja un antecedente: si les resultó efectivo el descuento en una negociación de largo aliento, podría usarse nuevamente como herramienta en una nueva paritaria.
Además, Amsafé batalló en soledad desde el 16 de septiembre en adelante. Y si antes se había construido el mito de que “cortarse solo” aseguraba un triunfo a la salida de un conflicto, hoy esta construcción imaginaria está en duda.
Lo que sí se cumple como un rito es la tradición geográfica a la hora de evaluar el comportamiento de las 19 departamentales.
La Capital, Constitución, Garay, General Obligado, Iriondo, Las Colonias, 9 de Julio, San Cristóbal, San Javier, San Jerónimo, San Justo, San Martín y Vera son el mapa del “sí”. Mientras tanto Rosario, General López, Castellanos, Belgrano,Caseros y San Lorenzo le siguieron dando la espalda a la Casa Gris. Solo San Martín “se dio vuelta” entre una votación y otra.
Miradas sobre una lucha que deja un precedente preocupante a los gremios
Algunas voces que pidieron reserva hicieron su lectura de cómo piloteó Amsafé su conflicto. Voces sindicales admiten que los docentes públicos incurrieron en un error de lectura. “Acumularon 6 días de paro con los mismos resultados que el resto y se cargaron los descuentos”, indican para atribuirlo a una conducción “debutante” que no cuenta aún con la espalda que tuvo la actual líder de la Confederación de Trabajadores de la República Argentina (Ctera), Sonia Alesso.
No puede escaparse del análisis que la experimentada líder docente intercedió poco y nada con declaraciones o participaciones directas y públicas en el conflicto, que la tuvo como centro de la escena por décadas como responsable de Amsafé.
Lo otro que se observa es el frente interno. Para algunos “la grieta” entre la departamental Rosario y la provincial. Hasta deslizan que con una hipotética conducción de la combativa local, los paros podrían extenderse sin un plazo estimable.
Pero hubo críticas a los actores políticos que representaron al gobierno santafesino que sirven para entender la radicalización del voto por el rechazo que se mantuvo casi inalterable. “La bronca fue hacia el gobierno”, se indicó, “que no supo, quiso o pudo” dar alguna pista de una salida al conflicto y la canalización del malestar en acciones gremiales más concretas.
También se evidenciaron fallas a lo que significaban los descuentos de los días no trabajados a la hora de bajarlo como dato a las bases.
Un tema que preocupa al resto de los gremios es la “legitimación” de los descuentos como arma eficaz del gobierno. “Nos preocupa que quede como antecedente”, admitió una fuente consultada, para soltar: “Fueron a un paro a no sacar nada, y el gobierno ganó tiempo”.
Con una visión más optimista de lo que dejó la lucha de Amsafé, otra fuente sindical destacó la participación, el compromiso y la necesidad de canalizar la bronca de las bases, que quedó de manifiesto en las últimas semanas.
“Hubo una presión atroz, muy fuerte y aún en estas condiciones, los compañeros y compañeras se plantaron con la fortaleza de las convicciones”, apuntó un dirigente para quien la presión también se ejerció desde la conducción. “Deslizaron que había que aceptar sí o sí, en un conflicto cuyo antecedente en la extensión no se daba desde los 90”, apuntaron.
En esta misma línea también señalaron que la lucha hizo germinar un protagonismo muy grande de las bases docentes, que se vio plasmada en las masivas concentraciones en plaza San Martín.
“Vemos un gobierno desgastado, con mucho enojo de los maestros y maestras y de la sociedad en general con el gobierno de Perotti. El respeto por la lucha docente fue un dato que explica un conflicto tan largo”, resumió el líder sindical.